Discurso Juramentación de abogados 26 de junio de 2019 en honor a Julio César Ortega Frier

26 de junio de 2019

Abogadas y abogados,

Es un honor en el inicio de la vida profesional de una abogada o un abogado que su primera audiencia sea en la Sala Augusta de la Suprema Corte de Justicia; así como ante el Pleno de la Suprema Corte de Justicia, el Presidente del Colegio de Abogados y el Presidente del Colegio de Notarios, como también Decanos de las facultades de Derecho de las universidades de la nación. Representaciones institucionales que componen, entre otras, el sector justicia.

Hoy se comprometen ustedes a servir como abogados y abogadas ante los tribunales de la República. Una tarea honrosa y difícil. Sin embargo, así como tienen un reto, las 138 nuevas abogadas y los 113 nuevos abogados (251 en total), tienen la gran oportunidad de demostrar que es posible hacer las cosas del modo correcto. Es posible que les vean actuar, intervenir, y que digan de ustedes que obran en procura de mejorar el Derecho de cara a los ciudadanos y ciudadanas. Que van a los tribunales a buscar la Justicia como bien mayor, a pedir que se apliquen las leyes. Porque solo de este modo estarán ejerciendo su profesión con verdadera dignidad.

Abogadas y abogados,

El Poder Judicial es un entramado de interconexiones institucionales y de personas que tiene por objetivo y mandato: dirimir conflictos y aplicar la ley. Un sistema, como ustedes saben, se compone de todas sus partes. Y todas estas deben tener conciencia de su rol, pues cuando se distorsionan las tareas de un sistema, el resultado también. El Derecho es una especie de fuerza viva, y se nutre de nuestras acciones diarias. Las de los jueces, las de los abogados, los fiscales y los demás auxiliares de la justicia.

Todas las convenciones, derechos, usos y fuentes específicas del trabajo por la Justicia sirven de poco o nada sin contar con el reconocimiento de la ciudadanía como un servicio necesario. Pero para esto deben ser abonados con la conducta. Y es con nuestra labor y su impacto a favor de la sociedad como podemos lograr que así sean percibidas, en cumplimiento del mandato de la Constitución y las leyes.

Existe una dimensión humana de nuestra misión ante el sistema jurídico. Y es en ella donde se fortalecen las apuestas que hacen mejorar la vida en sociedad y la percepción de esta sobre nuestro trabajo. Es ahí donde nos damos cuenta que no es un privilegio sino un servicio, donde entra la integridad. El llamado es a ponernos delante de las personas que necesitan más del amparo de las instituciones, y dar lo mejor de nosotros…

Quiero dejar en relieve la figura del abogado y hombre público Julio César Ortega Frier, a quien dedicamos esta juramentación de abogadas y abogados. Agradecemos a sus nietos que nos honran con su presencia. Nació el 30 de junio de 1888 y murió el 12 de mayo de 1953. Sus muchos aportes, y no solo el hecho de haber nacido en una fecha cercana a esta juramentación,  hacen que le recordemos hoy.

Sus aportes a la Educación dominicana, al Derecho, a la construcción pública de un mejor Estado y al fortalecimiento del pensamiento dominicano. Complejo entramado de herramientas a disposición de los seres humanos para su servicio y defensa, tal como el Derecho.

En los apuntes biográficos del doctor Ortega Frier reseñados por su esposa Carmen Peña, destacaba que “el amor de Julio por instruir e instruirse, y su fervor por la verdad fueron el culto de toda su existencia. Un hombre que fue íntegro, batallador, estudioso, perseverante, y honrado, que sirvió a su Patria y a su generación”. Ojalá de cada uno de los y las presentes podamos decir que, pensara lo que pensara, su figura histórica vale por sus aportes. Ojalá esos aportes puedan ser vistos en su justa dimensión cada día, pues para grandes obras, tenemos cada día. Deseo que su paso por los tribunales de la República como el de Don Julio César Ortega Frier traigan el legado de sus aportes. Sigamos entonces el ejemplo de su compromiso.

Señoras y señores,

En nombre y representación de la Suprema Corte de Justicia, les declaro legalmente investidos como abogadas y abogados. ¡Muchas felicidades y que tengan el mayor de los éxitos en la profesión!

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