Una campaña con ideas, con propuestas

19 de agosto de 2011

Allí donde la democracia es un sistema político consolidado, el pueblo vota por ideas o contra ideas. Es cierto que en ninguna parte los electores se dedican a estudiar programas o formulas muy elaboradas de gobierno, pero el discurso de los partidos políticos y sus candidatos suele trasmitir en forma bastante estricta un enfoque, unos propósitos, unas metas y unas vías para alcanzarlas.

Se afirma, con bastante razón, que los liderazgos, la personalidad de quienes encabezan una propuesta política juega un rol muy importante en la comunicación de dicha propuesta. Pero una campaña política que se sustenta en la empatía y que carece de otra propuesta que no sea el descontento o el ataque linda muy cerca de la demagogia y exalta las peores pasiones políticas.

En nuestra sociedad, donde la práctica clientelista de partidos y gobiernos ha convertido al voto cliente en la base del sistema político, existe sin embargo una cuota importante de electores que no hemos resignado nuestra condición de ciudadanos, sino que pese a todos los obstáculos trabajamos por ampliar esos atributos, que son esenciales a la democracia y al estado de derecho.

Experiencias recientes en América Latina, como el voto programático, el plan metas o “nuestra Sao Paulo” en Colombia, Chile, Brasil y Argentina nos indican que la aspiración de que las propuestas o ideas sean fundamentales en los procesos electorales y en las acciones de gobierno, de que los programas cuenten en República Dominicana, no es una quimera.

Publicado en Santo Domingo, fecha 18 de agosto de 2011, ver publicación en Perspectiva Ciudadana

henry@henrymolina.com

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