En Barahona y Pedernales: dos provincias al día

25 de abril de 2025

La visita de esta semana a Barahona y Pedernales fue una experiencia significativa dentro del proyecto Justicia y Sociedad. En un encuentro que reunió a representantes del sistema de justicia, autoridades locales y miembros de la comunidad, compartimos reflexiones, inquietudes y compromisos con la convicción de que la justicia se construye con presencia, escucha y responsabilidad compartida.

No nos reunimos solo para hacer balance, sino para construir lo que sigue. Porque la justicia no es una estructura aislada, sino un sistema interconectado con todas las instituciones que inciden en la vida de la ciudadanía. Por eso, el trabajo conjunto fue esencial.

Desde su concepción inicial, el programa Justicia y Sociedad nos planteó un reto claro: transformar el Poder Judicial en una institución más accesible, transparente y cercana. Y eso solo fue posible gracias a la alianza entre jueces, fiscales, defensores públicos, autoridades locales y la comunidad.

La transformación no nació solo de planes estratégicos, sino del trabajo y la vocación de servicio de quienes forman parte del sistema. En Barahona y Pedernales lo dijimos con claridad: la justicia se manifestó en cada audiencia bien llevada, en cada expediente gestionado con rigor, en cada persona que encontró una respuesta digna.

Durante la visita destacamos logros importantes: reducción de la mora judicial, digitalización de procesos, mejoras en la forma de trabajar y fortalecimiento de la rendición de cuentas.

Nada de esto habría sido posible sin el esfuerzo de los 181 servidores judiciales y 21 magistrados de Barahona, parte de los más de 7,000 hombres y mujeres que sostienen el Poder Judicial en todo el país.

Fuimos a escuchar directamente sus inquietudes y a responder con hechos, porque su bienestar no es secundario, sino un pilar para una justicia centrada en las personas.

Y lo dijimos con orgullo: en Barahona y Pedernales estábamos prácticamente libres de mora judicial.

El Distrito Judicial de Barahona está al día al 96% mientras que el de Pedernales lo está al 100%.

Por su parte los distritos de Independencia y Bahoruco, que no visitamos en esta ocasión, también alcanzaron un 100%.

Estar libres de mora no es solo una meta cumplida: es una señal poderosa para la ciudadanía de que la justicia sí puede responder a tiempo, con calidad y con humanidad. Para los hombres y mujeres de Barahona, significa no tener que esperar años por una respuesta, no vivir con la incertidumbre de un proceso estancado, no cargar con la angustia de un expediente olvidado.

Esta es la prueba concreta de que cuando el compromiso es real, la justicia puede estar a la altura de la dignidad de las personas. Y ese logro colectivo convierte a Barahona en un ejemplo para toda la República Dominicana, una muestra viva de que transformar el sistema es posible cuando se cree, se trabaja y se persevera.

Reconocimos también los desafíos. La carga laboral es alta, las expectativas crecen, y hay necesidades reales en bienestar, salud, formación y compensación.

Escuchamos preocupaciones legítimas sobre mejoras en beneficios médicos, educativos y pensiones. Y reafirmamos que el Poder Judicial trabajaba para atenderlas, con enfoque en méritos y equidad.

Nuestros equipos de gestión humana se enfocaron en mejorar el acceso a la seguridad social y fortalecer el fondo de pensiones, con el objetivo de brindar mayor protección a quienes dedican su vida al servicio de la justicia.

Esta visita no fue un acto simbólico. Fue una acción concreta para fortalecer la justicia desde el terreno, reconociendo el valor de cada persona que la hace posible.

En las próximas semanas seguiremos recorriendo el país, fortaleciendo vínculos y llevando adelante los cambios necesarios para que la justicia sea, cada vez más, un espacio de confianza, acceso y dignidad para todas las personas.

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