Ningún momento es más oportuno que el actual para que más de cien entidades de la sociedad civil constituyeran la coalición “Cumplamos la ley”.
El movimiento surge precisamente en momentos en que se cuestiona desde diversos ángulos el desempeño que en esa materia han venido presentando autoridades legislativas y ejecutivas. La interpretación “demasiado flexible” de disposiciones constitucionales relativas a la modificación de leyes orgánicas así como la decisión del Poder Ejecutivo de modificar por decreto el sistema de administración de beneficios fiscales otorgado como apoyo a la competitividad se une a situaciones arbitrarias en la gestión municipal y otras tantas formas de gobernarnos sin apego al derecho.
El buen gobierno, el apego a leyes eficaces y justas, el funcionamiento de garantías, de balances y contrapesos y la obligación de rendir cuentas por parte de todo el que esté investido de autoridad pública constituyen más que un derecho básico, una necesidad de todos en un régimen democrático, constituyen una necesidad para la convivencia. Son la base de la gobernabilidad.
La arbitrariedad y la discrecionalidad a que nos tienen acostumbrados nuestros agentes políticos forman parte de un modelo agotado. No es extraño, entonces que se esté gestando un clima de reclamo ciudadano como nunca antes fuera visto.
Ya antes, cuando surgió el movimiento de lucha por el 4% el PIB para la educación, observamos que desde ese movimiento se impulsaría una lucha más general por la ley, por el buen gobierno.
Es tiempo, si, de que exijamos que nos gobiernen bien, con apego a la ley, con garantías y contrapesos: sólo el buen gobierno puede ser tolerado en una sociedad democrática. Cumplamos la ley para que todos seamos igualmente gobernados e igualmente protegidos por un régimen de derecho. ¡Cumplamos la ley!
Publicado en Santo Domingo, fecha 6 de abril de 2011, ver publicación en Perspectiva Ciudadana.
