El 23 de abril tiene un valor simbólico especial. No solo porque la UNESCO, en 1995 decidió declararlo Día Internacional del Libro y del Derecho de autor. Sino por los hechos que coinciden y motivaron esta declaración. Tres glorias de la literatura murieron en esa fecha. Ese día, en 1616 ganaron la eternidad Miguel de Cervantes Saavedra, Garcilazo de la Vega y William Shakespeare. En atención a esta casualidad asombrosa que marca la partida física de tres autores eminentes, considerados entre los exponentes cimeros de las tradiciones literarias de todos los tiempos, me motivo a escribir estas líneas para anunciar y ponderar la importancia de dos iniciativas de gran interés para la comunidad jurídica y el Poder Judicial.
Por un lado, el lanzamiento de la nueva biblioteca virtual de la Escuela Nacional de la Judicatura y por otro, la reedición de la Bibliografía jurídica dominicana, recopilada por el historiador Frank Moya Pons. Ambos proyectos abonan el avance del sistema de justicia y mejoran la disposición de un acervo para la cultura jurídica y la calidad del ejercicioprofesional del Derecho y la judicatura.
La tecnología en la sociedad del conocimiento ha modificado las formas tradicionales de consumo cultural formativo. La biblioteca virtual es una plataforma de servicios web relacionada con contenidos para la consulta avanzada. Suponen un aporte a la educación que, con la infraestructura adecuada, permite mejorar la atención a las necesidades para universidades y sociedades, democratizando el acceso y permitiendo que, desde cualquier lugar y en cualquier momento, las personas puedan consumir contenidos.En igualdad de posibilidades, los usuarios y actuantes en el sistema de justicia podrán acceder a este servicio permanente que, además, no depende de la existencia física y las limitaciones que conlleva para el consumo simultáneo de obras y contenidos.
La biblioteca virtual de la Escuela Nacional de la Judicatura es un proyecto que marca un antes y un después en materia de servicios públicos y pone a disposición de abogadas, abogados, juezas, jueces y estudiantes, una serie de documentos, jurisprudencia, legislación, doctrina y, materiales útiles para la generación y divulgación de conocimiento. Su acceso por parte de la comunidad jurídica y la ciudadanía supone crecimiento para la toma de decisiones en los tribunales y para la democratización y mejora continua del debate jurídico.
Previo al desarrollo de la misma, la Escuela Nacional de la Judicatura exploró importantes bibliotecas virtuales y bases de datos en Estados Unidos, Europa e Hispanoamérica. Los referentes principales consultados fueron: Harvard Library, Library of Congress, Légifrance, Canadian Legal Information Institute , la Biblioteca Jurídica Virtual de la UNAM, entre muchas otras. El modelo elegido fue una herramienta de código abierto (open source), llamada Dspace. La misma, que utiliza el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), con el cual se inició un intercambio, incorpora colecciones digitales en una solución tecnológica avanzada que se logró gracias a la asesoría de una empresa local.
El desarrollo de la plataforma está actualmente en fase beta, con el objetivo de ampliar de manera paulatina los contenidos e incluir cada día mayor cantidad y calidad de aportes bibliográficos y documentales. Para responder oportunamente a la demanda, se cuenta con un buscador general para búsquedas avanzadas a través de filtros y operadores lógicos (‘booleano’). Permite también búsquedas simples en texto abierto, filtros y campos. Cuenta inicialmente con tres anaqueles virtuales: Jurisprudencia con sentencias de la Suprema Corte de Justicia y el Tribunal Constitucional (desde 1993 hasta la fecha). Por otro lado, Legislación, que incluye legislación nacional vigente y relevante en materia jurisdiccional desde 1989 hasta el 2000. Así como Publicaciones con obras de dominio público, documentos del Poder Judicial y libros de interés jurídico.
El proyecto forma parte de los planes contenidos en Visión Justicia 20/24 y se desarrolla desde 2020 por la Escuela Nacional de la Judicatura, para la mejora de la calidad del servicio de justicia.
Sumado a esto, cabe resaltar el valor de la reedición, actualización y puesta a disposición digitalmente de los dos tomos de la Bibliografía jurídica dominicana, de Frank Moya Pons. La propuesta proyectiva implica la incorporación paulatina de cada uno de los ejemplares indexados en la obra de Moya Pons, que recoge todos los libros jurídicos escritos y editados en nuestro país. Este es otro hecho que resulta de gran utilidad para el sector justicia y permite a estudiantes y profesionales una mayor comprensión e identificación de la doctrina disponible localmente en materia jurídica.
Junto con la jurisprudencia y los demás contenidos puestos a disposición para la consulta por la Escuela Nacional de la Judicatura, este esfuerzo editorial empuja el desarrollo del conocimiento, el debate y la producción jurídica dominicana en nuestro país. ¡Enhorabuena!
