El subsidio eléctrico va y viene, en las noticias, como problema.
Se nos ocurre que una sugerencia útil respecto del mismo es que lo focalicemos de manera estricta, de modo que sólo llegue a los hogares y familias que se encuentran en situación de pobreza. Y que sólo llegue, a cada hogar, por un monto determinado.
Como se acerca el Censo Nacional de Población y Vivienda, dentro de poco contaremos con una actualización de los datos de vivienda, pobreza y seguramente de las bases de datos del SIUBEN, sistema único de identificación de beneficiarios de los programas de combate a la pobreza, serán actualizadas en breve.
Proponemos como idea R2 de hoy, que el subsidio eléctrico se añada como una cuenta de los programas de transferencias condicionadas, que sólo pueda usarse para pagar a las empresas distribuidoras de electricidad, como sucede con las cuentas para la adquisición de alimentos, que sólo pueden usarse para los fines que están dispuestas y en los lugares de expendio adscritos al programa en cuestión.
Una cuenta para solventar el consumo básico de electricidad por parte de los cientos de miles de hogares realmente pobres, que necesitan que su consumo eléctrico sea subsidiado. Y sólo por el monto que se determine como imprescindible para satisfacer las necesidades vitales. De este modo, el subsidio eléctrico se convertirá en una explícita política de compensación y protección social e irá dirigido sólo a los que lo necesiten. Eso implicaría modificar la estructura tarifaria de la provisión de electricidad. Y de seguro que reducirá el monto de lo que se subsidia indebidamente.
¿Por qué no intentamos transparentar el subsidio eléctrico usando un instrumento de política social que ha estado dando muestras de efectividad, como lo es el Sistema Único de Identificación de Beneficiarios?
Publicada en Santo Domingo, fecha 14 Julio 2010, 8:13 PM, Ver publicación del periódico
