Discurso Juramentación de abogados 10 de julio de 2019 en honor a José A. Silié Gatón

10 de julio de 2019

Abogadas y abogados,

Estar presentes en esta Sala Augusta de la Suprema Corte de Justicia, ante el Pleno de la misma, junto a las máximas autoridades del sistema de justicia y los decanos de las facultades de Derecho de las universidades del país, es un gran honor. Un honor que supone compromisos claros con la conducta y la práctica jurídicas. Hoy juran servir como abogadas y abogados ante los tribunales de la República. Una tarea honrosa y difícil, porque sus resultados no son siempre percibidos por la sociedad como aportes. Y porque sus aportes no siempre se ven a simple vista. Sin embargo, así como tienen un reto, las 128 nuevas abogadas y los 133 nuevos abogados (261 en total), tienen la gran oportunidad de demostrar que es posible hacer las cosas del modo correcto. Es posible que les vean actuar, intervenir, y que digan de ustedes que obran en procura de mejorar el Derecho de cara a los ciudadanas y ciudadanos. Que van a los tribunales a buscar la Justicia como bien mayor, a pedir que se apliquen las leyes, que se respete el debido proceso, que se reconozca la dignidad de sus clientes sin afectar la de su contraparte. Porque solo de este modo estarán ejerciendo su profesión con verdadera dignidad.

Abogadas y abogados,

El Poder Judicial y la comunidad jurídica en general tienen como objetivo y mandato dirimir conflictos y aplicar la ley. Todo un sistema, que se compone de cada parte. Y que exige que cada uno haga suyas las tareas que aseguran mejorar el resultado. Las acciones diarias de los jueces, de los abogados, los fiscales y los demás auxiliares de la justicia no son aisladas, e impactan en cada parte o en su resultado final. Es por eso que hago un llamado a comprendernos sujetos de primer orden ante las convenciones, derechos, usos y fuentes específicas del trabajo por la Justicia. Y es con nuestra labor y su impacto a favor de la sociedad como podemos lograr que así sean percibidas, en cumplimiento del mandato de la Constitución y las leyes.

Ejercer el Derecho es  tener la capacidad de gestionar la realidad y debemos actuar tomando en cuenta la responsabilidad que esto supone. Existe una dimensión humana de nuestra misión ante el sistema jurídico. Y es en ella donde se fortalecen las apuestas que hacen mejorar la vida en sociedad y la percepción de esta sobre nuestro trabajo. Es ahí donde nos damos cuenta que no es un privilegio sino un servicio.

Por eso quiero aprovechar la oportunidad para llamarles a leer el Código de Ética del Servidor Judicial y del Código Iberoamericano de Ética Judicial y, como abogados y abogadas en ejercicio, facilitar siempre el cumplimiento de estos.

Cuando una persona es consciente de lo que es una sociedad y de las funciones que esta implica para con los demás y de uno mismo, su actitud cambia. Y cuando comprendemos el tejido social como un entramado interconectado para evitar el mal, asumimos que obrar como parte funcional de este es trabajar para el bien. La ética es la búsqueda del bien y sus derivaciones. Hablar de la ética es perder el tiempo si no se asume un compromiso más allá de la palabra. Porque ella misma encarna un sistema de búsquedas personales con relación a la conducta y a la mejora continua de esta como compromiso diario.

Se trata de asumir que somos parte de ese todo que nos acoge, pero también nos necesita. Y que nuestra interacción, si afecta lo hace en virtud del modo en que actuamos.

Quiero aprovechar para describir el paso de don José Altagracia Silié Gatón, a quien dedicamos esta juramentación de abogadas y abogados. Agradecemos a sus parientes, que hoy nos honran con su presencia. Nació el 30 de diciembre de 1920 y murió el 08 de abril de 2014. Sus aportes en materia de Ética, su prolífica carrera como escritor y Doctor en Derecho, jurista, especialista en derecho público, penal, electoral lo llevó a ocupar funciones de relevancia por más de 40 años.

Fue además miembro de la Academia de Ciencias de República Dominicana  y catedrático de Derecho Público y Ética Profesional por 47 años en la UASD. 23 libros componen su legado, así como el reconocimiento meritorio de sus parientes y de toda la comunidad jurídica y social dominicana. Sus familiares reseñan que Silié Gatón fue “ejemplo de una vida digna, un ejemplo viviente de la moralidad y del decoro, por eso los que le conocieron lo consideraron el Padre de la ética en el país”. Su compromiso va más allá de exponer ideas, pues la práctica sostiene su discurso e irradia con el ejemplo incluso a generaciones que no lo llegarán a conocer.

Señoras y señores,

En nombre y representación de la Suprema Corte de Justicia, les declaro legalmente investidos como abogadas y abogados. ¡Muchas felicidades y que tengan el mayor de los éxitos en la profesión!

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