World Justice Forum 2025. Panel: “Justicia, Populismo y Defensa del Estado de Derecho”

26 de junio de 2025

Warsaw, Polonia

Miércoles 25 de junio 2025

Panel: “Justicia, Populismo y Defensa del Estado de Derecho”

  1. Introducción: Entre el fin de una era y el nacimiento de otra

Antonio Gramsci escribió que cuando una época está muriendo y otra aún no ha nacido, en ese interregno, surgen los monstruos. Tal vez hoy el Estado de Derecho viva su propio interregno.

En efecto, el populismo sacude frente a nosotros a las democracias que parecían estables. Esa fiebre avanza con discursos simplificadores y emociones encendidas, ofreciendo soluciones rápidas, como brebajes curadores de problemas complejos. En ese cuadro, la justicia enfrenta retos magníficos, convirtiéndose en un patrón que se repite.

Y si bien un sistema judicial débil es camino franco a los excesos y abusos, un sistema judicial fuerte es un freno a las propuestas populistas, la arbitrariedad y la autocracia.  

La ética judicial no es un complemento del sistema democrático: es su fundamento más profundo. Sin ella, todo puede parecer funcionar, pero en realidad se descompone desde dentro. Porque no basta con que un tribunal exista; debe inspirar confianza. No basta con aplicar la ley; hay que hacerlo con integridad. Solo así el Poder Judicial puede resistir a la arbitrariedad, al miedo y a la manipulación.

En nuestros tiempos la amenaza es seria porque se refiere a las bases mismas del Poder Judicial en una comunidad democrática.  La justicia enfrenta una crisis de confianza. Por eso no basta con ser independientes ni con aplicar el Derecho con rigor, porque la legitimidad del sistema judicial no se sostiene solo sobre principios, se sostiene en la confianza. Sin ella, la justicia es débil, vulnerable, incapaz de erguirse frente al poder y la fuerza.

En República Dominicana somos conscientes de esos riesgos y hemos decidido que la mejor manera de defender la justicia es a través de transformaciones reales. Con resultados visibles. Y con un enfoque claro: una justicia centrada en las personas, porque una justicia al día asegura la dignidad de las personas.

2. Justicia y legitimidad: el desafío de la confianza

Durante mucho tiempo, la conversación sobre la justicia se centró en la aplicación técnica del Derecho, en la estabilidad de las instituciones. Y, por supuesto, todo eso es fundamental.

Pero hay algo que se dejó de lado: la gente.

La ciudadanía no evalúa la justicia según los principios filosóficos sobre los que dice sustentarse. La evalúa según su experiencia. ¿Se resuelven los casos a tiempo? ¿Es accesible el sistema? ¿Las sentencias se entienden? ¿La justicia se siente cercana o distante?

El populismo explota esa distancia y al mismo tiempo la aumenta. Los jueces terminan vistos como una casta apartada de la realidad; los tribunales como espacios oscuros donde nada pasa cuando se necesita que pase.

Y la única forma de cerrar esa brecha es con una transformación profunda. Es así como En República Dominicana hemos impulsado un modelo de justicia basado en tres pilares:

  1. Eficiencia y reducción de la mora judicial
  2. Acceso a la justicia y transformación digital
  3. Transparencia, rendición de cuentas y confianza.

Más allá de palabras, se trata de acciones.

3. Justicia al día: el fin de la mora judicial como un hito de transformación

Hasta hace unos años, en República Dominicana la justicia era sinónimo de espera. Casos que tardaban décadas. Tribunales congestionados. Expedientes acumulándose sin resolución. Hace seis años la Suprema Corte de Justicia acumulaba 18 mil casos.  Increiblemente, algunos databan de los años 80.   

Hoy, la Suprema Corte de Justicia ha reducido en un 98% el cúmulo de casos, resolviendo más de 47,986 expedientes en los últimos años. La Segunda Sala, la Sala Penal cerró el año sin atrasos.

A nivel nacional, el 73% de los tribunales están al día. En 2019, solo el 30% podía decir lo mismo.

Estos avances no son casualidad. Son el resultado de una estrategia clara:

Optimización del flujo de los casos.

Eliminación de reenvíos innecesarios.

Fortalecimiento de la independencia judicial con criterios de meritocracia y selección transparente.

Implementación de la Ley 2-23, que redujo el tiempo promedio de un recurso de casación de 2 años a 27 días.

Porque una justicia al día no es solo una meta administrativa. Es una expresión ética. Allí donde se elimina el retardo, se reconoce el valor del tiempo de las personas. Donde se acelera una respuesta judicial, se evita que la incertidumbre se convierta en desesperanza. La eficiencia no es solo técnica: es compromiso con la dignidad.

Y es que La justicia tardía no es justicia. Solo una justicia al día respalda la dignidad de las personas.

4. Acceso a la justicia: la transformación digital como herramienta de cercanía

Reducir la mora judicial era solo el primer paso. A este le seguía La transformación más importante: acercar la justicia a la gente.

Hoy, en República Dominicana, 100% de los órganos judiciales operan con firma digital. Esto significa trámites más rápidos, menos burocracia y mayor eficiencia.

Pero lo más importante es que la justicia ya no está encerrada en los tribunales. Con el Portal de Acceso Digital, más de 13,000 usuarios pueden consultar sus expedientes en línea. Las audiencias virtuales han reducido los costos y tiempos para las partes. Y a partir de este año, todas las sentencias serán publicadas en línea de inmediato, eliminando la opacidad y mejorando la comprensión del sistema.

La Mudanza Digital del Poder Judicial dominicano se ha convertido, desde su primera fase, en un caso de estudio sobre transformación judicial en América Latina. En apenas semanas, se digitalizó el 91.8 % de los trámites —cuando antes solo el 3 % lo eran—, las audiencias virtuales pasaron del 0.5 % al 46.76 %.

Pero más allá de las cifras, lo decisivo es el mensaje: una justicia digital no e significa menos justicia, sino una justicia distinta, más abierta, más rápida y más cercana. La Mudanza Digital encarna una ética pública: la convicción de que la justicia debe estar al alcance de todas las personas, garantizando derechos, reduciendo barreras y fortaleciendo la legitimidad democrática.

Esto es justicia abierta en acción. Esto es transparencia. Y esto es lo que construye confianza. Y detrás de esa confianza está la fuerza del Poder Judicial.

Pero, no es el fin del mundo. Inicialmente, el ser humano utilizó la roca para almacenar información. Posteriormente utilizó pliegues a partir de papiro (un material más práctico y de fácil movilidad). Luego el papel, que fue utilizado en imprentas y después en máquinas de escribir. Estos medios trajeron sus diversos modos de operar y transformaron las prácticas impactando en la sociedad. Hoy contamos con almacenamiento en la nube y dispositivos electrónicos. Históricamente, la justicia se ha valido de todas estas herramientas que el avance de la ciencia y el ser humano pone a su disposición para hacer su labor. Nosotros no estamos haciendo algo distinto.

5. Transparencia, ética y confianza: la clave para enfrentar el populismo?

Y es precisamente la confianza la que contrarresta la opacidad con la que se alimenta el populismo, nutriéndose de la idea de que el sistema judicial es una caja negra que nadie entiende. Por eso la única forma de combatir eso es con transparencia radical. Frente a los populismos que enfrentan a los poderes, nosotros levantamos la cooperación entre poderes y la transparencia para el dialogo con la sociedad.

Para ello, en República Dominicana hemos implementado medidas concretas:

  1. Auditorías externas en concursos judiciales, para garantizar que la selección de jueces sea basada en méritos.
  1. Un Comité de Ética en la Suprema Corte, que vela por la integridad del sistema.
  1. Informes de gestión trimestrales, donde cada decisión y cada avance del Poder Judicial puede ser revisado por la ciudadanía.
  1. Análisis del producto judicial, por abogados, miembros de la comunidad, de forma periódica y abierta. 

Estos cambios ya producen resultados: según el Latinobarómetro, la confianza en la justicia dominicana elevó sus niveles, pasando de 21% en 2018 a 40% en 2024. Hoy, somos el cuarto país de Latinoamérica con mayor confianza en su Poder Judicial.

Aunque sabemos que no es suficiente, es un punto de partida.

6. La resiliencia judicial como antídoto contra el populismo

Además de las políticas judiciales que hemos logrado implementar y las que seguimos impulsando, el Poder Judicial dominicano ha decidido integrar a la sociedad en su proceso de planificación estratégica.

Lo novedoso y oportuno en un mundo de constante y acelerada transformación es que lo hemos hecho a través de un modelo de escenarios proyectivos. Hemos reunido a los distintos sectores de la vida dominicana para construir juntos un modelo de justicia que se antepone a las problemáticas construyendo fortalezas y resiliencia para los retos del futuro.

Si hoy podemos decir que en República Dominicana la justicia es más rápida, más accesible y más transparente que hace una década, no es porque hayamos hecho ajustes superficiales. Es porque hemos entendido que la legitimidad de la justicia, más allá de ser un derecho adquirido y estático, se trata de una construcción constante.

Defender el Estado de Derecho no es solo una lucha que se libra en los libros de leyes, se libra con hechos. Es una lucha por la confianza de la gente. Contra el cinismo y la desesperanza.

Y esa lucha se gana con cada sentencia resuelta a tiempo. Con cada tribunal abierto a la ciudadanía. Con cada juez independiente que resiste la presión política o económica.

No hay espacio para triunfalismos.  La confianza de los ciudadanos en la justicia se gana cada día; todos los días. 

Y hay que recordar que, en tiempos de incertidumbre, la justicia es el último bastión de la democracia. Y ese bastión no puede caer.

Quiero cerrar esta reflexión con un mensaje de esperanza del querido santo padre, el papa Francisco. Qué en paz descanse. “La esperanza es audaz”. “En el corazón de toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien, aún ignorando lo que traerá consigo el mañana”.

Y para seguir citando latinoamericanos que hacen mejor el mundo con sus canciones, reafirmo con Gustavo Cerati que: ¡Mañana es mejor! O, como Karol G: Mañana será bonito. (Jajaja)

Las instituciones se sostienen cuando quienes las habitan creen en su misión, actúan con la conciencia de que representan algo más grande que ellos mismos. La ética es lo que orienta el camino, pero la mística —ese compromiso silencioso con lo justo— es lo que nos impulsa a seguir cuando todo parece cuesta arriba. Por eso, en la defensa de la democracia, no hay tarea pequeña: cada decisión justa es una victoria del Estado de Derecho, de la democracia y del espíritu republicano.

Muchas gracias.

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