Violencia, machismo, justicia y sociedad

14 de junio de 2021

“Nuestros países están ennegrecidos de luto por las muertes de mujeres a manos de varones iracundos que quieren someterlas violentamente a sus deseos todopoderosos”. Así comienza Luce López-Baralt, escritora y académica puertorriqueña, su recorrido antropológico por la misoginia, en un magnífico texto que publicara Diario Libre en días pasados. En el mismo identifica las raíces filosóficas e históricas de los prejuicios misóginos que han sido dominantes en el pensamiento árabe y occidental, con reflejos e insistencias en otras culturas. El escrito pone en contexto el tremendo reto que tiene la lucha por la igualdad de las mujeres.  

Desde Aristóteles hasta la patrística y la escolástica, la Biblia y el Corán. Plantea la lamentable y antipática desconsideración de las mujeres como “ser inferior” y describe con precisión y audacia la evolución de estas pobres maneras de pensar. Expone la gran dificultad de la tarea de los feminismos para reconstruir una cultura que ha estado tradicionalmente sustentada en la superioridad de los hombres sobre las mujeres y en el sentido de propiedad sobre las mismas.  

Sin ganas de abundar en el tema para no caer en lo que la actualidad llama “man explaining” sugiero la lectura del interesante texto, que se titula “La mujer como ‘error de la naturaleza’”.  

En nuestras comunidades, pienso a veces que más que en otras, se evita precisar la responsabilidad que tiene cada cual frente a problemas como la misoginia. Se diluye entre personas e instituciones, oficiales y laicas al punto de perderse en el todo social. La responsabilidad de tomar acción no es de todos, porque cuando es de todo termina siendo de nadie. Es de cada cual.   

Nuestras sociedades no pueden seguir basando sus procesos culturales y humanos en arcaicas creencias y costumbres. No hay excusa para que un hombre considere a una mujer, que es una persona en ejercicio de todos sus derechos fundamentales, como un objeto de posesión. No hay excusa para el homicidio, el asesinato o la violencia física o simbólica contra las mujeres por el simple hecho de serlo. 

La incorporación de la perspectiva de género de manera transversal en la administración de justicia supone una respuesta justa y necesaria a los retos que al día de hoy siguen enfrentando las mujeres. Paulatinamente, a través de la Comisión de Igualdad de Género del Poder Judicial, se ha iniciado un proceso multidireccional de concienciación y acciones en ese sentido. Un cambio de perspectiva en la familia del Poder Judicial, que busca comprender a fondo la problemática de género en el sistema de justicia (no solo a nivel jurídico, sino a nivel conceptual y propositivo).  

Identificar, reducir hasta eliminar prácticas muy arraigadas, que desconocen los derechos de las mujeres, es una prioridad identificada en la planificación estratégica del Poder Judicial. Debemos velar por que el ingreso y desarrollo profesional de los hombres y las mujeres a este órgano del Estado dominicano sea en igualdad de condiciones. Los instrumentos normativos incluyen la Política de Igualdad de Género, aprobada mediante resolución 3041-07, y dentro de ella la creación de la Comisión para la Igualdad de Género del Poder Judicial. Integrada por dos jueces de la Suprema Corte de Justicia, un juez de Corte de Apelación, un juez de Primera Instancia y una representante de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia. 

La falta de acceso y revictimización de mujeres en la Justicia es una forma de violencia sistémica. Por ejemplo, someter a una víctima de violencia sexual o de violencia machista a un interrogatorio de largas horas, ante desconocidos, recreando los hechos horrorosos en cada pregunta, delante del victimario  con el daño psicológico de revivir esa historia, sin ningún soporte emocional y psicológico, es también violencia. De igual modo el establecimiento de acuerdos entre partes sin tomar en cuenta la situación de vulnerabilidad en que se encuentran las mujeres víctimas. 

El Poder Judicial ha buscado ser parte de la solución y reducir la carga sistémica que históricamente ha representado en este problema. En ese sentido, los trabajos de la Comisión para la Igualdad de Género, así como la Dirección de Justicia Inclusiva y la Escuela Nacional de la Judicatura, han buscado estudiar, capacitar y producir mejoras en las políticas judiciales y el modo en que se aborda la realidad de las mujeres. Con la intención de poner estas medidas en relieve procedo a enumerarlas: 

En 2007 fue aprobada la Política de igualdad de género, que promueve la incorporación de la perspectiva de género en los distintos programas de la institución. Así mismo, la guía de buenas prácticas para casos de violencia doméstica, intrafamiliar y de género. En continuidad con los trabajos se han realizado talleres de sensibilización en género, talleres de transversalización de género en las decisiones judiciales, de violencia intrafamiliar y de género, talleres sobre la Guía de buenas prácticas para caso de violencia doméstica, intrafamiliar y de género, también disponible de manera digital. Se hicieron talleres sobre las Reglas de Brasilia, de entrenamiento sobre los protocolos de género, trata de personas, violencia doméstica. Se realizó una sesión de formación para formadores relativa a poblaciones en condición de vulnerabilidad. La presentación en distintas localidades del país de la obra de teatro “Todos los derechos, todas las mujeres” fue parte de las actividades en conmemoración del Dia Internacional de la Mujer A eso se sumó la Tertulia Interseccionalidad, género y discapacidad, la tertulia Masculinidad positiva, el Webinar Acceso a la justicia para personas en situación de vulnerabilidad, el Webinar sobre tipos de violencia y acoso, en especial sobre violencia de género y ciber-acoso en el mundo del trabajo. Se celebró también un seminario sobre el Estudio de sentencias de feminicidios, junto a juezas y jueces de la comisión y sub-comisión de género, personal del CENDIJD, Políticas Públicas, Dirección General Técnica y Dirección de Familia, Niñez y Adolescencia. Se ha participado en la preparación de guías, en jornadas, mesas consultivas y conferencias en la materia. Actualmente se están dando pasos para el fortalecimiento y actualización del Observatorio de Justicia y Género del Poder Judicial. Ampliación de Centros de entrevista para evitar revictimización y protocolización de los mismos. Varias áreas trabajan para elaborar una Guía de Trato digno con el fin de mejorar la forma en que se recibe el servicio y disminuir los límites al acceso, así como una Política de igualdad y no discriminación. 

A manos a la obra invita López-Baralt. Y esta reflexión conlleva una exhortación a integrarnos a los trabajos y a continuar revisando criterios, tanto del sistema como de nuestra propia cultura particular, para reducir los flagelos de la violencia y el machismo. 

 

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