Sin descanso

6 de junio de 2020

La continuidad de los trabajos ha venido activándose de manera paulatina. En esta primera fase hemos sabido prepararnos, adoptar medidas y comprender la manera en que se hace posible adaptar el servicio judicial a la realidad actual. La pandemia se extiende hasta tanto no contemos con una vacuna o un tratamiento que ponga a salvo a quienes adquieran la enfermedad. El riesgo es real. Las necesidades de usuarias y usuarios han tenido que ser contemporizadas con las del sistema. No ha sido fácil. Las respuestas que hemos podido dar tienen límites 

Debe primar la prudencia, el costo de su ausencia son vidas humanas. El Poder Judicial continúa su esfuerzo por el regreso a labores. Esto implica atender los distintos problemas que se van presentando del modo posible. Manteniendo el trabajo remoto cuando así se requiera, e integrando el personal de colaboración por fases y por áreas, según se vaya determinando.  

Seguirá habiendo presiones abundantes de distintos frentes. Debemos comprender la situación y resistir, siempre prestos a responder, a dar la cara como lo permita la contingencia y a prepararnos para que la respuesta pueda ser cada vez más satisfactoria. Esto no quiere decir que se deba ignorar que estamos ante una situación donde la incertidumbre y lo imprevisible nos podría llevar a cometer errores que nadie quiere cometer. Es decir, es importante primero estar preparadas y preparados.  

La tarea que tenemos en nuestras manos es difícil. Y más que nunca debemos tener confianza en la capacidad de nuestros equipos. En la posibilidad de llevar adelante los planes, de un modo organizado, consciente y constante. Solo así tendrá sustento la Visión de una Justicia oportuna, capaz de responder a las demandas y requerimientos de sus usuarios y de la sociedad. Este es el camino para que podamos operar en el servicio para todas y todos. 

El sistema de justicia, juezas y jueces y servidores, tenemos el compromiso de imprimir vitalidad en la tarea de retomar los servicios. Sin generar mayores expectativas, pero sin demora. Pero en este trabajo debemos tener consistencia, capacidad de sobreponernos con coherencia para que el resultado sea satisfactorio.  

La segunda fase vendrá, y con ella el restablecimiento creciente de la normalidad de los servicios. Mientras, debemos estar preparados para lo que todavía no es posible y haciendo lo que permite la situación.  

Hemos continuado nuestros intercambios sobre las experiencias de otros países tanto en la digitalización como en la contención de los efectos del Covid 19 y el cuidado de la salud de los públicos externo e interno. Debemos seguir en ese camino y lograr que las magistradas y magistrados puedan involucrarse con los procesos y avances de la virtualidad en escenarios diferentes al nuestro. 

El esfuerzo principal debe estar puesto en proteger derechos, en emitir sentencias y responder a nuestro país con ganas y eficiencia. Haciendo el mejor trabajo posible. Como hasta ahora: sin descanso. 

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