Honorable jueza presidenta del Tribunal Supremo de Puerto Rico y presidenta de la Comisión de Género y Acceso a Justicia de la Cumbre Judicial Iberoamericana, Maite Oronoz, con ella a todos los representantes de esta comisión que nos acompañan hoy.
Honorable presidenta de la Corte Suprema de Honduras, Rebeca Lizette Raquel Obando, Honorable vocal del Consejo del Poder Judicial español, Gema Espinosa. Honorables jueces de la Suprema Corte de Justicia dominicana. Distinguidos integrantes de la Cumbre Judicial Iberoamericana.
Honorable magistrada Nancy Salcedo, honorable magistrada María Garabito, juezas de la segunda sala penal de la Suprema Corte de Justicia, honorable magistrada Vanesa Acosta, jueza de primera sala civil y comercial de la Suprema Corte de Justicia.
Distinguida consejera del Poder Judicial Octavia Carolina Fernández Curi. Jueces, juezas y servidores judiciales aquí presentes.
Honorables juezas y jueces del Tribunal Constitucional y del Tribunal Superior Electoral que se encuentran presente.
Distinguidos representantes del Ministerio Público y la Defensa Pública.
Distinguida Coordinadora del Programa País de ONU Mujeres en Argentina, Verónica Baracat.
Invitados especiales, abogadas y abogados de la comunidad jurídica e integrantes de la sociedad que hoy nos acompañan.
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Buenos días a todas y todos. Hoy, al iniciar este II Seminario Internacional de Justicia con Perspectiva de Género: un paso a la igualdad, quiero agradecer a todas las personas que participaron en la organización de este seminario.
Es oportuno destacar que este seminario se celebra hoy, 25 de noviembre, en conmemoración del Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Justamente hoy se cumplen 25 años de que fuera declarada por la Asamblea de las Naciones Unidas la designación de esta fecha.
Este gesto internacional de denuncia y reclamo por la erradicación de la violencia contra las mujeres y la priorización de políticas para su erradicación, cobra especial sentido histórico para los dominicanos y las dominicanas.
Fue en memoria de tres dominicanas asesinadas vilmente por personeros de la dictadura trujillista que se ponderó dicha conmemoración. Esas mujeres fueron Patria, Minerva y María Teresa Mirabal Reyes. Por eso estamos hoy aquí, como demócratas y como personas comprometidas con el respeto a las mujeres y a la dignidad de las personas.
Este seminario es una oportunidad invaluable para reflexionar sobre el trabajo de los distintos países que integran la Cumbre Judicial Iberoamericana y para compartir experiencias, logros y compromisos .
Saludo y felicito a la Comisión de Género y Acceso a Justicia de la Cumbre Judicial Iberoamericana que tuvo la iniciativa de celebrar este seminario en República Dominicana. Se celebra su décimo aniversario de trabajo y pido para todas las personas que la integran un fuerte aplauso.
Quiero, además, dar las gracias por la consideración de Puerto Rico. La buena relación de cooperación y hermandad entre la rama judicial de Puerto Rico y la presidenta del Tribunal Supremo, Maite Oronoz Rodríguez ha sido una constante en estos años. Hemos trabajado de la mano para mejorar el sistema procesal penal dominicano. Compartimos igualmente inquietudes en torno a la problemática de género, en especial, la violencia contra las mujeres.
Dar las gracias también a las juezas y los jueces de Iberoamérica que apoyan este seminario con su presencia, de manera especial a la presidenta de la Corte Suprema de Honduras, Rebeca Raquel Obando, a Gema Espinosa Conde, vocal del Consejo Judicial de España, y a todas las delegaciones de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador. El Salvador, España, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Portugal, Puerto Rico, Uruguay, y por supuesto República Dominicana, el espacio Iberoamericano se une en esta fecha especial.
Quiero también agradecer a todas las personas del Poder Judicial dominicano que han colaborado para que este seminario, que tenemos a cargo como secretaria pro tempore, sea hoy una realidad.
Combatir el machismo y las violencias de género: un desafío pendiente
El machismo y la violencia de género son problemas profundamente arraigados en nuestras sociedades, no puede ignorarlos.
Según la Organización de las Naciones Unidas, cada 10 minutos muere una mujer a manos de su pareja o un miembro de la familia. Cada diez minutos es asesinada una mujer. El feminicidio es una tragedia planetaria. Y es el resultado directo e indirecto de la desigualdad, de la discriminación y de los usos sociales que arraigan el machismo.
La violencia machista se manifiesta de muchas formas, desde el feminicidio hasta el acoso y la discriminación, y afecta no solo a las mujeres, sino también a sus familias y comunidades.
El panel de este seminario dedicado a violencia de género y tecnologías es especialmente relevante, ya que aborda cómo la tecnología ha ampliado y transformado las formas de violencia.
La tecnología, que podría ser una herramienta de protección, también ha sido utilizada para infligir daño. Esto nos plantea el reto de desarrollar estrategias que permitan enfrentar y reducir estas nuevas formas de violencia.
El ciberacoso, la sextorsión, el abuso de imágenes y la suplantación de identidad son manifestaciones de violencia que requieren una respuesta judicial actualizada y efectiva.
Esas prácticas, junto con las más arraigadas en nuestra vida diaria, deben ser entendidas con conciencia, abordadas para ponerle freno.
Para esto hace falta modificar muchas normas sociales. Proteger de manera anticipada a quienes están en riesgo. Garantizar servicios judiciales conscientes de esto y con perspectiva de género.
En el pasado hemos hablado de la necesaria feminización de la justicia. No se trata solo de números o de políticas: implica un cambio cultural profundo en nuestras prácticas y en la estructura misma del sistema judicial.
Feminizar la justicia significa hacerla más humana, más empática y menos mecánica. Supone una justicia que no solo elimine las barreras de acceso, sino que también enfrente activamente las relaciones asimétricas y a las formas de violencia que son parte de la organización social.
La perspectiva de género como pilar para la justicia: un llamado a la acción
El enfoque de género en la impartición de justicia no es un tema adicional, ni un discurso cosmético u opcional. Es una necesidad ética y un pilar fundamental para construir una sociedad que verdaderamente valore la igualdad y la dignidad de cada individuo.
Incorporar la perspectiva de género significa reconocer las desigualdades históricas que han limitado la participación y el acceso de las mujeres a espacios de decisión y justicia.
Hoy, reafirmamos nuestro compromiso de construir un sistema judicial que sea sensible y empático, un sistema que escuche y que responda a las necesidades de quienes buscan justicia. Que este seminario sea un paso más en nuestro compromiso de construir una justicia que reconozca y respete la dignidad de todas las personas, y que inspire a las futuras generaciones a continuar esta labor.
Les invito a aprovechar este espacio para el intercambio de ideas, la construcción de soluciones y, sobre todo, para renovar nuestro compromiso con la justicia con perspectiva de género y conciencia de los grandes retos que enfrentamos ante la tragedia de la violencia contra las mujeres.
Que este seminario sea un avance en la construcción de una sociedad en la que la igualdad y el respeto sean realidades tangibles.
Sigamos adelante con la convicción de que solo en unidad podremos superar las desigualdades y construir una sociedad en la que la justicia y la igualdad de género sean realidades tangibles para todas y todos.
Construyamos juntos una justicia que garantice la libertad, la igualdad, la solidaridad y la dignidad de las personas.
¡Muchas Gracias!