Henry Molina
El gasto público debe ser consistente con los acuerdos concertados en la estrategia nacional de desarrollo. De nada sirve el esfuerzo y dedicación con el que se ha avanzado por primera vez en la formulación de un marco tan ampliohttp://henrymolina.com/blog/wp-admin/post.php?post=986&action=edit para encaminar el desarrollo nacional si no se va a utilizar como criterio para orientar el gasto del Estado.
Por lo tanto, la discrecionalidad con la que tradicionalmente se ha manejado el presupuesto nacional debe ser superada. Debe ser cosa del pasado. Necesitamos mejorar las técnicas de presupuestación, la contabilidad del sector público y los mecanismos de auditoría y contraloría social.
Necesitamos definir fondos soberanos, especializaciones y restricciones del gasto por componente de la estrategia de desarrollo, de modo que haya pocos recursos disponibles para el gasto discrecional. Se alega que en naciones pobres como la nuestra y sometidas a eventualidades derivadas de los desastres naturales es imprescindible que se disponga de cierta libertad para confrontar las emergencias y adversidades. Pero lo que enseñan las experiencias de países que han surgido desde la pobreza a la prosperidad es que sólo con una efectiva programación del gasto y con mecanismos y procedimientos claros para la concesión de ayudas y partidas de emergencia se puede lograr el avance deseado.
La inauguración de un nuevo ordenamiento constitucional coincidiendo con la preeminencia de una fuerza política en todos los poderes del estado así como con la definición y el consenso alrededor de unos ejes fundamentales para el desarrollo nacional bien pueden ser la ocasión propicia para inaugurar una forma de presupuestar y gastar que se corresponda con la tercera ola, con el siglo XXI y la sociedad de la información.
Publicada en fecha 8 Julio 2010, 7:53 PM, Ver Publicación en articulo del periódico
