Presupuesto, calidad de la educación y ciudadanía

10 de septiembre de 2011

Entre las formulaciones de política pública generadas con mayor consenso en la sociedad dominicana de hoy, las que se refieren a la impostergable necesidad de incrementar el financiamiento a la educación ocupan un lugar especial.

Así lo demuestra el Compromiso con la Educación que firmaron todos los candidatos e incluso precandidatos a la Presidencia en las elecciones del año próximo.

En estos días se discute o prepara la discusión sobre el presupuesto público para el año próximo. Se conoce que, en torno al presupuesto, se discute una asignación entre el 2.7%  y el 3.1% del PIB para financiar la educación pre universitaria.

Esa asignación sería un incremento significativo pero insuficiente. Todos los análisis y escenarios planteados por documentos como el de Capacidades y Derechos del PNUD, los informes Attalí y de Harvard, precisan que la asignación debe alcanzar lo que dispone la ley, el 4% del PIB.

Para mejorar la calidad de los maestros en la medida necesaria, para mejorar la dotación de mobiliario y equipo de las escuelas, alcanzar la cantidad mínima de aulas, extender los horarios, mejorar la alimentación escolar, etc., hace falta más.

Quizás debería analizarse escenarios en los que se supriman subsidios generalizados y se haga un mayor esfuerzo de creatividad e innovación en materia fiscal. Pero hay que ir hacia arriba en el compromiso por tener una educación de calidad.

Al mismo tiempo, hace falta pasar a otra etapa en el afán por mejorar la educación. Y un paso en el sentido correcto parecería el de involucrar a la familia. Padres y madres y tutores.

Debiera idearse una forma de involucrar a las familias en la comprensión de las medidas necesarias para mejorar la calidad de la educación, en la necesidad del financiamiento y en el seguimiento del compromiso de las autoridades con las mismas.

Este es un reto para el movimiento que impulsa una educación digna.

Pero no es sólo un reto, es una oportunidad. En múltiples sentidos. Repercutirá no sólo en la educación, sino también en el proceso de construcción de ciudadanía.

Publicado en Santo Domingo, fecha 09 de Septiembre del 2011, ver Publicación en Noticias SIN

 

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