Palabras de cierre Premiación Conferencia de Comunicación Judicial
Muy buenas noches.
Es un honor acompañar este encuentro que reúne a periodistas, comunicadores, académicos, jueces y servidores judiciales, en un espacio que ya forma parte de la vida institucional del Poder Judicial dominicano: un espacio donde la palabra se encuentra con la justicia, donde la búsqueda de la verdad se convierte en compromiso público, y donde reafirmamos nuestro vínculo con la democracia.
Hoy celebramos el talento, el rigor y la dedicación de quienes han puesto su oficio al servicio de algo esencial para toda sociedad libre: la comprensión pública de la justicia. En una democracia sólida, la comunicación clara y responsable fortalece el Estado de derecho y hace posible que las instituciones cumplan su función de proteger la dignidad y los derechos de todas las personas.
Uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo es comunicar la justicia en un mundo acelerado, saturado de información y marcado por discursos que, con frecuencia, reducen la complejidad. Por eso, este encuentro tiene una importancia especial: aquí reconocemos que la justicia no solo se aplica, también se explica. No solo resuelve casos, también sostiene la convivencia democrática.
Cuando un periodista traduce un concepto jurídico, muestra el sentido de una decisión o narra el impacto de un proceso en la vida de una persona, contribuye a un objetivo mayor: que la ciudadanía comprenda cómo funciona el Estado de derecho y por qué su integridad es esencial para la libertad y la igualdad.
La comunicación judicial es, en esencia, una herramienta para cuidar la democracia. Acerca instituciones y personas. Aclara, orienta y construye confianza pública. Y permite que la justicia sea entendida como un bien democrático que protege derechos y acompaña vulnerabilidades.
El país vive un proceso transformador que ha exigido visión, disciplina y compromiso ético con el tiempo de las personas. Lo que hace unos años parecía un horizonte lejano, hoy es una realidad: la mora judicial alcanza sus niveles históricos más bajos; más del 80% de los tribunales están al día; la firma digital forma parte de la vida diaria del sistema; las audiencias virtuales ampliaron el acceso y optimizaron el tiempo; la Juriteca permite consultar decisiones desde un Juzgado de Paz hasta la Suprema Corte; y miles de usuarios acceden al portal digital para consultar, depositar y dar seguimiento a sus expedientes
Estos avances fortalecen el Estado de derecho y consolidan una justicia que garantiza derechos, da seguridad y sostiene la estabilidad democrática del país. Ese es el espíritu del Plan Justicia del Futuro 2034: una justicia al día, centrada en las personas, garante de la dignidad, la libertad y la igualdad. Una justicia que acompaña el progreso del país y refuerza la arquitectura democrática que sostiene nuestra convivencia.
Vivimos en una época donde la velocidad se impone como norma. La exigencia de inmediatez y el flujo constante de información pueden generar interpretaciones incompletas y erosionar la confianza institucional. Frente a este contexto, la comunicación judicial debe unir claridad con profundidad. Clareza para explicar sin perder rigor. Profundidad para narrar sin simplificar en exceso.
La justicia necesita de esa pausa reflexiva que permite escuchar, ponderar y tomar decisiones con sentido humano. Esa misma pausa debe guiar la comunicación judicial: una comunicación que piensa antes de hablar, que ilumina en lugar de confundir y que fortalece la confianza en las instituciones democráticas.
Por eso, esta premiación reconoce a quienes han asumido la comunicación judicial como un acto de responsabilidad pública esencial para el buen funcionamiento de la democracia. El fortalecimiento del Estado social y democrático de derecho exige instituciones fuertes y ciudadanía informada. La confianza pública no surge solo de los resultados: surge también de la comprensión.
Cuando se explica una sentencia con claridad, cuando se contextualiza un proceso, cuando se narran las razones de una decisión, se contribuye a un ecosistema de información que sostiene la democracia y evita que los vacíos informativos se llenen de especulación.
Este concurso se convierte así en un hito dentro de nuestra agenda de Justicia Abierta. Reconoce la labor de quienes dominan el oficio de informar con rigor, sensibilidad y honestidad intelectual. Su trabajo ayuda a que la ciudadanía vea la justicia no solo como un sistema, sino como una garantía democrática que protege derechos, resuelve conflictos y sostiene la confianza en el país.
Este encuentro es una invitación a seguir construyendo una cultura de comunicación judicial acorde a un país que avanza, que fortalece su institucionalidad y que, apuesta por un modelo de justicia abierto, accesible y profundamente humano. Una cultura donde la justicia se explique con lenguaje claro; donde las decisiones se entiendan sin intermediarios; donde la información pública circule con transparencia; y donde cada actor —jueces, periodistas, comunicadores, académicos— asuma su papel como custodio de la democracia y la confianza pública.
Aprovecho esta ocasión para felicitar, con sincero reconocimiento, a todas las personas galardonadas. Su trabajo demuestra que comunicar la justicia es también contribuir a la democracia. Y en esta época marcada por el espíritu de encuentro y esperanza, agradezco profundamente la labor de la prensa, de los comunicadores y de todos los participantes de esta Conferencia por su compromiso continuo con un país que valora la verdad y defiende sus instituciones.
Que esta noche sea un recordatorio del valor de la palabra justa. Del poder de la comunicación responsable. Y del compromiso que compartimos con la dignidad humana y con la fortaleza de la justicia como garantía esencial de nuestra democracia.
Sigamos construyendo juntos una justicia cercana, accesible, confiable y profundamente humana.
Muchas gracias.


