Los domingos el reloj va más lento. Y uno puede pensar en la semana como una victoria lograda, si miramos hacia atrás. O como un reto, si miramos al futuro. Pero mirando el presente, en pleno Domingo, uno puede alcanzar la perspectiva frente a una taza de café. O ante un paisaje hermoso de nuestra mitad de isla.
Soy solo un pedacito del mundo al que el tiempo le ha dado permiso de soñar. Quiero compartir ese sueño para que pueda germinar. Mi camino es el que se vaya trazando, siempre que me encuentre trabajando. Promoviendo el sueño de justicia y más institucionalidad democrática. Porque lo que necesitamos es un Estado cada vez más justo y capaz de adaptarnos para servir como corresponda.
Cada mañana es una oportunidad para renovar las ganas de vivir y trabajar por mejorar el mundo que nos rodea. Comienza con cada uno de nosotros. No importa lo difícil que parezca, tenemos que hacer más.