En República Dominicana se está configurando un nuevo espacio para hacer política.
Es un espacio determinado por nuevas realidades, nuevas percepciones y nuevas formas de percibir.
En gran medida es el espacio de las redes y los medios sociales, que involucran una gran proporción de las clases medias y medio altas, pero que incluye también segmentos sociales diferentes a ellas, que se vinculan no por una situación en el tramado socioeconómico, sino por la forma de producir y consumir información, por la articulación con otros en las redes sociales.
Este tipo de persona ya ha actuado de forma masiva y coherente en el país, tal cual le vimos en la movilización nacional alrededor del reclamo del 4% del PIB para la educación.
Sin embargo, ni los viejos ni los nuevos actores políticos parecen haber percibido lo específico de este nuevo tipo de personas ni del tipo de relación y el discurso político con el que podrían lograr identificación.
No parece que ni la política ni el tipo de político que en estos momentos predominan en la sociedad dominicana sean los que lograrán conectar, producir la imagen, la interacción, ni la reputación necesaria en una sociedad orientada por los paradigmas de la red y la información.
Los nuevos actores políticos, desde cualquiera de las formaciones partidarias existentes o fuera de ellas, deberían incluir en su agenda, como algo muy relevante, producir la masa crítica en las militancias tradicionales para establecer una articulación con los nuevos ejes de articulación e interacción que se dan en los espacios virtuales y las redes sociales.
Se necesita formar la masa crítica y la articulación social y en red, con el futuro, con una imagen de país que aspiramos. Conectar con el futuro; hacer el futuro. Esa es la clave de este tiempo.
Publicado en Santo Domingo, en fecha 13 de Marzo 2011, ver publicación en artículo del periódico.
