Durante estas semanas he mirado y admirado el entusiasmo con que las familias dan colorido a sus espacios, tradición que representa la llegada de la Navidad. Luces multicolores, belenes, árboles, guirnaldas, todo un ambiente de tradiciones que embellecen la ciudad.
La Navidad debe ser un acercarse más a la familia, tiempo de encuentro, unidad y alegría. Es espacio de emociones, cariño y sonrisas. Más allá de credos, la Navidad es patria y humanidad. Tiempo para recordar a quienes ya no están.
La Navidad nos motiva a hacer un alto en el camino y repensar nuestro accionar, reencontrarnos con la esencia de nuestras vidas, de nuestros roles y de lo que se requiere de todos y cada uno de nosotros como seres humanos, como entes productivos y como ciudadanos que queremos una mejor República Dominicana.
Pero, sobre todo, debe ser pasar balance a todo un año de trabajo, ver las cosas desde una óptica crítica y poner todo nuestro esfuerzo en concentrarnos para realizar las transformaciones necesarias para lograr la excelencia desde el rol en que nos toque desenvolvernos.
Decía San Ignacio que el examen de conciencia es siempre el mejor medio para cuidar el alma. Y así lo asumo.
Les invito a encontrar motivación para dar gracias y compartir un poco de lo mucho que recibimos. La solidaridad, los gestos desprendidos y el amparo de quienes nos necesitan son un aliciente para el espíritu en estos días.
Como dijo Simón Bolívar, “La justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostienen la igualdad y la libertad.” Tenemos la dicha de poder hacer con nuestra labor un país mejor. Nuestro trabajo es mantener fértil el terreno de las instituciones que cuidan los derechos.
Feliz navidad para todos y todas. Que el 2020 sea de esperanza para cada uno de nosotros y los nuestros.
¡Felices fiestas!
