Vivo donde quiero vivir, en mi país la República Dominicana y creo que esto ya es una gran bendición de Dios, muchos de mis hermanos no pueden vivir en su país, aún cuando lo sueñan y lo anhelan. Mas allá de esta isla, mi isla, tengo y comparto con mis hermanos dominicanos una patria, un identidad, una cultura, unos sentimientos, unos sueños.
No estoy solo, no estamos solos, un dominicano nunca está solo, este es un camino de esperanza, un camino en el que queremos transitar para construir más y mejores oportunidades para todos, un camino de trabajo, responsabilidad, un camino en el que Dios nos guía hacia un sueño: el de ser felices..
Para nosotros, ser felices es la alegría de ver que todos podamos compartir la construcción del país, de nuestro país, de mi país. Es que para nosotros los dominicanos cuando hablamos de nuestra tierra inmediatamente la hacemos nuestra: mi país.
En mi país ser felices significa que todos puedan tener un plato de comida en su mesa, un plato de comida que compartir con quien no lo tiene. En mi país queremos un techo, para todos, que nos cubra de la intemperie, que nos cobije del sereno que nos acurruque con los nuestros. En mi país, tenemos la esperanza que nuestros hijos tengan las oportunidades que nosotros no tuvimos y que estudien para que algún día sean alguien.
En mi país queremos tener dónde llevar a nuestros seres queridos cuando se enferman, queremos que no le falte nada a nuestra gente. Es que mi país es lindo y su gente es alegre y luchadora, este es mi país y le doy gracias a Dios por haberme dejado nacer en su tierra, porque para nosotros los dominicanos, "esta es la tierra de Dios", aquí compartimos nuestras tristezas y nuestras alegrías.
Cuando hablo de la esperanza de cambio en mi país, evito el dualismo que separa los cambios de las personas de los de la sociedad, tomando conciencia de la necesidad de acciones concretas que nos comprometan y de esta manera contribuir en la generación de procesos de cambio que se transforme con alegría y esperanza en un compromiso, que permitan que todos los dominicanos podamos vivir felices en nuestro país. Para ello tenemos que vivir la esperanza del cambio que nos permita a todos los dominicanos tener el país que soñamos.
Comencemos cada uno a construir el país como lo que es nuestro país, mi país. Quiero vivir un proceso en el que vivamos la esperanza del cambio desde un proceso de concientización. Este es el sueño que estoy buscando.