Allí donde la democracia es un sistema político consolidado, el pueblo vota por ideas o contra ellas. Es cierto que en ninguna parte los electores se dedican a estudiar programas o formulas muy elaboradas de gobierno, pero el discurso de los partidos políticos y sus candidatos suele trasmitir en forma bastante estricta un enfoque, unos propósitos, unas metas y unas vías para alcanzarlas.
Por otra parte, la experiencia de hacer los programas y ofertas de gobiernos vinculantes, de obligatorio cumplimiento, está avanzada en varios países latinoamericanos.
Todavía se circunscribe al ámbito estadual o municipal, pero lo que iniciativas como el voto programático y los planes meta están demostrando es que es posible comenzar a hacer política más allá de la demagogia y de lo que aquí denominamos chercha.
Se afirma, con bastante razón, que los liderazgos, la personalidad de quienes encabezan una propuesta política juega un rol muy importante en la comunicación de la misma. Pero una campaña política que se sustenta en la empatía y que carece de otra propuesta que no sea el descontento o el ataque, linda muy cerca de la demagogia y exalta las peores pasiones políticas.
En nuestra sociedad, donde la práctica clientelista de partidos y gobiernos ha convertido al voto cliente en la base del sistema político, existe sin embargo una cuota importante de electores que no hemos resignado nuestra condición de ciudadanos, sino que pese a todos los obstáculos trabajamos por ampliar esos atributos, que son esenciales a la democracia y al estado de derecho.
Las experiencias recientes en América Latina, en Colombia, Chile, Brasil y Argentina nos indican que la aspiración de que las propuestas o ideas sean fundamentales en los procesos electorales y en las acciones de gobierno, de que los programas cuenten en República Dominicana, no es una quimera.
Con una comunicación política basada en el relajo y la diatriba no se contribuye a eso. Esforcémonos pues, en que nuestra política se eleve al nivel de otros países. Fortalezcamos nuestra democracia con un voto por las ideas, por las propuestas: por los programas.
Publicado en Santo Domingo, fecha 19 de agosto 2011, ver publicación en Noticias SIN