La Seguridad Ciudadana: Un trabajo sin descanso, una labor de todas y todos

22 de mayo de 2013

Cuando el Presidente Danilo Medina presentó el Plan Integral de Seguridad Ciudadana enfatizó que el gobierno va a “trabajar sin descanso para que este plan lleve la tranquilidad a las madres y padres dominicanos”. Sin descanso deberá ser, pues lo que ocurre en la actualidad es la manifestación de un problema complejo, cuya atención por parte de la sociedad y el Estado no ha sido oportuna, ni integral, ni constante, ni consistente.

La preocupación por la vulnerabilidad social y personal y la escalada informaciones y anécdotas acerca de actuaciones criminales que afectan a las personas, es ya un tópico permanente en las conversaciones de quienes asisten a actividades, reuniones y encuentros de la más diversa índole, donde las historias sobre atracos, asaltos y otras vulneraciones de la seguridad constituye uno de los motivos de mayor preocupación y aprensión de la gente cuando deja los salones de reuniones, las clases, tiendas o cualesquiera otras actividades cotidianas y les corresponde ir a sus vehículos, esperar el taxi o desplazarse hacia las rutas que habrán de llevarles de nuevo a sus hogares.

Las soluciones ensayadas a la fecha han significado, fundamentalmente, en un recrudecimiento de medidas represivas y la puesta en marcha de una serie de medidas disuasorias. Ha habido, también, intentos de llevar a cabo medidas de cohesión comunitaria y social. Pero, justo es decir, que la mayoría de lo intentado ha operado luego de cometidos los hechos, es decir, con las consecuencias de los factores generadores del conflicto social y personal que luego se traducen en crímenes y delitos. Hemos estado tratando los efectos y no las causas.

La criminalidad, la agresividad y la violencia interpersonal son expresiones de conflictividad social y del déficit o la incapacidad de los mecanismos de solución institucional. Es cierto que necesitamos una mayor capacidad de reacción, mayor celeridad en las respuestas institucionales y eficacia en los procesos y procedimientos con que estas manifestaciones de conflictividad deben ser atendidas. Pero la solución no es simple: el ensayo de políticas que sigan el paradigma de “tolerancia cero”,  si bien puede entenderse hasta cierto punto necesario, será insuficiente  para resolver las causas de esta conflictividad social expresada en la criminalidad, la agresividad y el recurso de la violencia. Y lo que es peor, este tipo de políticas, aupadas por el populismo criminológico y penal, derivan en irrespeto a los derechos de los estamentos más vulnerables, lo que incrementa las causas reales de la vulnerabilidad social frente al crimen y el delito.

La combinación entre la profunda inequidad social y económica, la negación de derechos efectivos y la pérdida de cohesión social no se resuelven ni en el corto plazo, ni con medidas represivas y disuasorias. Hay que mejorar todo el sistema de prevención, disuasión y combate a la delincuencia. Pero tenemos que entender que necesitamos políticas económicas y sociales que reviertan la exclusión, la negación de derechos y la inequidad. Porque el problema no está en la superficie, sino en las profundidades de una estructura social que ha consagrado la inequidad, en un modelo de desarrollo que no ha sido inclusivo y que ha producido unas situaciones de privación y falta de oportunidades que han convencido a gran parte de la población de que en el contexto actual no tienen futuro.

Sin un porvenir posible para cada dominicana y dominicana, que genere expectativas positivas y la sensación de que vale la pena comprometerse como miembro de una comunidad que nos garantiza realización personal y colectiva y derecho a la felicidad, lo que experimentemos en el corto plazo no va a revertir las actuales condiciones de vulnerabilidad frente al crimen y la violencia. Necesitamos eso: cohesión social, compromiso y garantías de que la gente tendrá opciones de vida digna. Entonces las medidas preventivas, disuasorias y represivas irán surtiendo efectos de contención que nos urge frente a la inseguridad. “No seamos, con nuestra desidia e indiferencia, cómplices silenciosos del dolor de nuestras familias. Colaboremos con las autoridades, sumémonos a las iniciativas por la convivencia social, y cumplamos las normativas. Hagamos de nuestros actos un ejemplo para los demás.” Danilo Medina.

Publicado en Santo Domingo, en fecha 22 de mayo del 2013, ver publicación en Perspectiva Ciudadana, y en el Periódico El Día, el 24 de mayo en Noticias SIN 

 

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