El rol de los profesionales del derecho es tan complejo y delicado que es labor de todos comunicar su esencia, la naiboa del quehacer jurídico, que no es otra que dirimir conflictos para hacer posible la convivencia.
Todos los principios, recursos, convenciones, derechos, usos, fuentes específicas del trabajo por la Justicia, confluyen en plazos y contextos, para dar como resultado los parámetros con que vivimos. Quienes ejercen el Derecho tienen el poder de moldear la realidad.
En la medida que los profesionales del Derecho conocen más su ciencia y su deber, más rápido se transforma y mejora el modo en que las sociedades se relacionan, y por ende también el objeto del trabajo de los abogados y jueces.
Por eso les llamo a seguir adaptándose y profundizando el estudio jurídico, sin olvidar que en este la legitimidad es un factor clave. En palabras del Papa Francisco: "para garantizar la calidad institucional de los Estados es fundamental detectar y neutralizar este tipo de prácticas que resultan de la impropia actividad judicial en combinación con operaciones multimediáticas paralelas". "En muchos casos la defensa o priorización de los derechos sociales sobre otros tipos de intereses, los llevará a enfrentarse no sólo con un sistema injusto, sino también con un poderoso sistema comunicacional del poder, que distorsionará frecuentemente el alcance de sus decisiones, pondrá en duda su honestidad y su probidad".
Hay que continuar firmes, serenos y serenas. Cuidar la Justicia y respetar sus marcos, reglas y procesos es una tarea difícil. Y es de todos y cada uno de sus auxiliares. Por eso a través de las palabras del líder de la Iglesia católica les exhorto a no desfallecer y poner el Derecho y la Justicia en primer lugar.
Alguien que siempre puso el Derecho y la Justicia en primer lugar fue la magistrada Margarita Tavares. Una de las juezas que más aportó a la participación de las mujeres en la judicatura y en el personal judicial. Comprometida con mejorar el acceso a la justicia de los sectores más vulnerables de la sociedad: las mujeres y los y las menores. Fue parte de una tradición familiar de profesionales destacados.
El Magistrado Jorge Subero Isa la llamaba “la consultora por excelencia” y “el libro de consulta” de la Suprema Corte de Justicia. Para la magistrada Margarita Tavares el juez era como un sacerdote, y lo que se hablaba con un juez, era un secreto de confesión. Fue una mujer justa, conservadora, austera y a la vez compasiva.
El Derecho se debe ejercer con dedicación y sentido de su deber ante la sociedad. “Ser más para servir mejor” son palabras de San Ignacio de Loyola, que aspiro a que queden guardadas en algún lugar de su memoria.