Justicia y confianza para la inversión

25 de enero de 2020

Esta semana fui distinguido con la invitación de la Cámara Americana de Comercio (AMCHAMRD) y la Asociación para el Desarrollo, Inc. (APEDI), en Santo Domingo y Santiago. En ambos encuentros pude esbozar algunas de las ideas sobre el sistema de justicia, sus problemas y el modo en que debemos afrontarlos. Agradezco la cortesía y el buen trato de ambas organizaciones, así como el escenario para (en mi condición de Presidente del Consejo del Poder Judicial) poner sobre la mesa algunos temas importantes para el desarrollo de la nación.  

Consciente de la necesidad de mejorar y eficientizar la capacidad de respuesta de los tribunales, hice y sostengo un llamado a toda la sociedad.  Les pido integrarse y mantener el diálogo y cumplir los roles que tenemos ante los problemas que aquejan al Poder Judicial. El avance de las tareas por delante debe encontrar una respuesta diligente de las estructuras y el personal de la justicia. Esto depende de todos los actores involucrados, tanto en procesos judiciales como en la vida nacional.  

El Poder Judicial no es ajeno a los reclamos y urgencias de usuarios y personas afectadas por incorrecta aplicación de las leyes, desventajas fruto de situaciones cuestionables o vías de hecho. Son evaluadas y escuchadas, como todas las demandas de la sociedad. Una mejora sustancial depende de la aplicación apegada al Derecho. Hay que implementar estándares claros, que permitan una jurisprudencia ordenada, asegurando claridad del Derecho, sus fuentes y la buena administración de justicia. Buscamos decisiones de calidad, con probidad y seguridad jurídica. 

Visión Justicia 20/24 contempla acciones concretas para vincular mecanismos de seguimiento de la calidad, y eficiencia en la evaluación del trabajo que se realiza. Alinear los procesos al cumplimiento legal, asegurar niveles óptimos de servicio. Para ello, es preciso dar respuesta a intervenciones negativas que producen distorsión en el sistema y afectan al Poder Judicial, lesionando derechos y dificultando el acceso, el trato digno y el cumplimiento de la ética.

Avanzamos hacia un Consejo del Poder Judicial convertido en un músculo capaz de establecer y consensuar límites, de establecer reglas y de poner en marcha mecanismos de prevención para limitar irregularidades que afecten la legalidad y transparencia en la gestión judicial. 

Es oportuno reconocer el apoyo al proceso de transformación que hemos recibido desde el primer momento de distintos sectores y actores de la sociedad.  Para llevar adelante nuestra agenda de trabajo requerimos confianza, tiempo, continuidad y estabilidad en ese diálogo que acompaña a la implementación.

La calidad de las reglas jurídicas, la certeza de que éstas serán respetadas y la confianza en que las controversias que se produzcan en su interpretación serán resueltas de manera oportuna e idónea es la base de cualquier emprendimiento económico y una condición indispensable para el desarrollo.

Trabajamos para ello. Estamos creando un clima propicio para transformar el sistema de justicia de modo transversal, de manera que permita que las empresas se muevan más rápidamente. Que sus derechos y capital puedan ser objeto de transacciones al ritmo en que se dan los negocios, al margen de dilaciones y lejos de un ambiente excesivamente burocrático, cargado de reglas y procedimientos que no se corresponden con el desarrollo actual de los mercados. 

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