REFLEXIONES: Justicia en tiempos turbulentos

19 de abril de 2024

En la actualidad, el ritmo acelerado del cambio social, digital y cultural desafía constantemente  los límites de nuestras estructuras legales establecidas. En este contexto, el Estado de Derecho enfrenta diversos desafíos, como el aumento del punitivismo, la amenaza de los autoritarismos, la persistente desigualdad y los flujos migratorios masivos. Por tanto, resulta imperativo realizar una reflexión rigurosa sobre el papel de la justicia y su capacidad de adaptación a estos nuevos escenarios

Es en este contexto que retomamos la actividad de este blog, como un humilde espacio donde reflexionar sobre los cambios que experimenta nuestra sociedad y la interpretación de la ley destinada a regular la convivencia en el seno de la misma.

En esta nueva etapa, con una perspectiva enriquecida por la experiencia y las responsabilidades derivadas de nuestra labor en la Suprema Corte de Justicia y el Poder Judicial, seguiremos buscando un equilibrio entre la reflexión teórica y la aplicación diaria de la justicia para garantizar la dignidad de las personas.

Sabemos que la ley, en su esencia, busca establecer un marco para los acuerdos basado en el ideal de justicia y en el principio de equidad. Sin embargo, la naturaleza estática de los sistemas legales a menudo choca con los procesos evolutivos y las desigualdades que caracterizan la vida social. En este contexto, los jueces y juezas deben superar su tradicional papel de exégetas legales y desarrollar la habilidad de conectar el rigor legal con la comprensión de una realidad humana y social en constante cambio.

Inspirados en las perspectivas de destacados pensadores como Roscoe Pound, Lawrence M. Friedman, Jürgen Habermas, H. L. A. Hart, Martha Minow y los Estudios Críticos del Derecho, podemos trazar caminos hacia una justicia más adaptativa, alineada con la preservación de la dignidad humana.

Es en esta perspectiva de flexibilidad y adaptación a las dinámicas sociales donde la justicia puede comprender de manera más objetiva y moderna a la sociedad que juzga, cumpliendo así de manera más democrática su propósito de resolver conflictos y mejorando continuamente la convivencia.

Esto implica la existencia de un diseño legislativo más abierto, que permita actualizaciones periódicas y mecanismos de revisión, para garantizar la relevancia del régimen legal y la preservación del espíritu republicano en el que reposa nuestro Estado social democrático de derecho frente a los desafíos emergentes.

La interpretación legal requiere una comprensión profunda de los contextos históricos y culturales, reconociendo que la justicia no opera en el vacío, sino como una evolución hacia la mejora permanente, dentro de un tejido social complejo y diverso. Por tanto, la participación abierta e inclusiva de todos los sectores que conforman una sociedad es fundamental en la concepción y diseño de las leyes.

De igual manera, un sistema judicial transparente y accesible fomenta un ejercicio democrático saludable, donde las voces de la comunidad son escuchadas y valoradas. Esto forma parte de su carácter fundamental ligado a la integridad moral, asegurando que los niveles de transparencia institucional conlleven jueces debidamente informados y guiados por principios éticos universales.

La justicia debe ser sensible a las desigualdades, considerando especialmente el impacto de las decisiones en las poblaciones vulnerables, y trabajando activamente para eliminar las inequidades y barreras de acceso al sistema de justicia.

Es esencial en toda labor judicial reflexionar sobre cómo las desigualdades de poder se reflejan y reproducen muchas veces desde el mismo sistema legal.

Solo manteniendo una vigilancia crítica y colaborativa y trabajando de la mano con otras especialidades de las ciencias sociales, podremos identificar los puntos de inequidad que aún persisten en nuestras prácticas institucionales y orientar los cambios necesarios para alcanzar una justicia genuinamente equitativa.

Este diálogo entre la ley y la vida diaria, mediado por los jueces y juezas, es fundamental y constituye una parte central de la misión del Poder Judicial. Nos desafía a reconsiderar y reimaginar nuestro sistema legal e institucional, ya que no se trata solo de interpretar la ley dentro del marco establecido, sino de adaptar ese marco judicial a la realidad humana en constante cambio, de la cual, de una manera u otra, formamos parte consciente o inconscientemente.

La justicia que evoluciona con nosotros es una justicia que respeta nuestra complejidad y diversidad como seres humanos. En este viaje, los jueces y juezas, lejos de ser meros ejecutores de la ley, somos guardianes de nuestra dignidad humana compartida, garantizando así una sociedad más justa y compasiva.

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Octavia Fernández.

Excelente.