El pasado 25 de noviembre, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se celebró en República Dominicana el II Seminario Internacional de Justicia con Perspectiva de Género.
El seminario, organizado por la Comisión de Género y Acceso a la Justicia de la Cumbre Judicial Iberoamericana, contó con la participación de delegaciones de países como Honduras, España, México, Brasil y Puerto Rico, entre otros.
Nos permitió compartir experiencias, logros y desafíos en torno a la violencia de género y el acceso a la justicia. En particular, se destacó la relevancia de abordar las nuevas formas de violencia amplificadas por la tecnología, como el ciberacoso, la sextorsión y el abuso de imágenes.
En este sentido, la tecnología fue identificada como una herramienta de doble filo. Si bien puede servir para proteger y empoderar, también ha sido utilizada para infligir daño. Esto exige una respuesta judicial actualizada que enfrente estas nuevas dinámicas de violencia de manera efectiva y con sensibilidad.
Feminizar la justicia
Uno de los temas centrales del seminario fue la necesidad de feminizar la justicia. Este concepto no se limita a aumentar la representación de mujeres en el sistema judicial, sino que implica un cambio cultural profundo en las prácticas y estructuras del sistema. Feminizar la justicia significa hacerla más humana, empática y consciente de las desigualdades estructurales que afectan a las mujeres y otros grupos vulnerables.
Este cambio no es solo una cuestión de ética, sino una necesidad para construir una sociedad más igualitaria y justa. Por eso el Poder Judicial dominicano ha logrado avances significativos en la promoción de la equidad de género. Desde la creación de la Comisión para la Igualdad de Género en 2007, se han implementado políticas y acciones para aumentar la participación de las mujeres en todos los niveles del sistema judicial. Actualmente, las mujeres representan el 60.1% de la judicatura, lo que demuestra un progreso notable en la representación femenina. Además, se han desarrollado herramientas clave como la Guía de Buenas Prácticas para el tratamiento de casos de violencia de género y se han habilitado centros de entrevistas (cámaras Gesell) para evitar la revictimización de las mujeres durante el proceso judicial.
Sin embargo, a pesar de estos avances, la presencia de mujeres en puestos clave dentro de la Suprema Corte sigue siendo limitada. Aunque el número de mujeres en posiciones de liderazgo ha aumentado, este incremento debe continuar para asegurar una verdadera equidad en los órganos de toma de decisiones. No cumplir con esta representación afecta la legitimidad del sistema judicial, que debe reflejar con equidad la diversidad de la sociedad dominicana.
Lo que nos queda por delante es lo más importante, el trabajo diario por hacer que la justicia dominicana sea realmente una justicia con perspectiva de género.
Estamos decididos a tener un sistema judicial que no solo responda a las demandas de justicia, sino que también inspire a futuras generaciones a continuar la lucha por un mundo más equitativo.
La violencia de género y el machismo son problemas globales, pero es a través de esfuerzos locales, regionales e internacionales como este seminario que podemos avanzar hacia una sociedad donde la igualdad y la dignidad sean realidades para todas las personas.
