¿En qué consiste la calidad de atención en un hospital público o un prestador privado de salud en la seguridad social? ¿Cómo sabemos cuando la gestión de un municipio se está haciendo bien? ¿Qué sería buen gobierno ejercido desde la función legislativa?
¿Cuándo podemos decir que un profesor está gestionando adecuadamente el proceso educativo de nuestros hijos e hijas? ¿Cómo distinguimos lo que está bien hecho de lo que no lo está?
Esas y otras preguntas son claves para determinar el buen gobierno y la calidad prestaciones desde la gestión pública.
Hay países en los que los administradores de entidades de servicio público y de cualquier función de gobierno han tenido que hacer una declaración y un compromiso de calidad, como por ejemplo en Chile, Alemania o Islandia donde se explica al ciudadano cuáles son los parámetros para evaluar una gestión o prestación y se expresan con transparencia las metas cuantitativas y cualitativas así como se proveen informaciones relevantes de forma constante y accesible.
Ya que hasta ahora se ha hecho tan difícil que la administración pública dominicana adquiera este tipo de comportamiento, se nos ocurre la idea R2 de que grupos sociales, redes, entidades, gremios, etc., a través de una especie de mesa técnica o nodo de apoyo técnico en el que converjan varias de estas formas de expresar intereses ciudadanos, podrían elaborar este tipo de indicadores para cada institución o tema que se considere relevante.
Una especie de tabla de referencia para compilar las informaciones sobre cómo se hace la gestión pública, para que la ciudadanía pueda opinar a partir de su experiencia y para generar vastas campañas de información, educación y comunicación.
Es algo que ayudaría a construir criterios y haría los derechos más exigibles.
Publicada en fecha 22 Septiembre 2010, ver publicación en artículo del periódico
