El Derecho es fuerza viva

20 de julio de 2019

El Poder Judicial es un entramado de interconexiones institucionales y de personas que tiene por objetivo y mandato: dirimir conflictos y aplicar la ley. Un sistema se compone de todas sus partes. Y son todas estas las que deben tener conciencia de su rol, pues cuando se distorsionan las tareas de un sistema, el resultado también.

El Derecho es una especie de fuerza viva, y se nutre de nuestras acciones diarias. Las de los jueces, las de los abogados, los fiscales y los demás auxiliares de la justicia.

Todas las convenciones, derechos, usos y fuentes específicas del trabajo por la Justicia sirven de poco o nada si no son reconocidos por la ciudadanía como un servicio necesario. Pero para esto deben ser abonados con la conducta de quienes operamos en este. Y es con nuestra labor y su impacto a favor de la sociedad como podemos lograr que así sean percibidas, en cumplimiento del mandato de la Constitución y las leyes.

Quienes ejercemos el Derecho tenemos la capacidad de gestionar la realidad y debemos actuar tomando en cuenta la responsabilidad que esto supone. Hay que mantenerse estudiando constantemente, pues estando al día podemos llevar el Derecho a su máxima evolución posible en favor de las personas y el país.

Cuidar los derechos a través del ejercicio efectivo de la profesión y de la consideración de esta como una batalla incansable por la armonía de la convivencia. Porque si se analiza bien, de nuestra labor dependen tanto la libertad como la propiedad. Dos elementos fundamentales de la sociedad como la conocemos.

Existe una dimensión humana de nuestra misión ante el sistema jurídico. Y es en ella donde se fortalecen las apuestas que hacen mejorar la vida en sociedad y la percepción de esta sobre nuestro trabajo. Es ahí donde nos damos cuenta que no es un privilegio sino un servicio, donde entra la integridad. El llamado es a ponernos delante de las personas que necesitan más del amparo de las instituciones, y dar lo mejor de nosotros.

Un ejemplo de un excelente quehacer del derecho, es el legado del abogado y hombre público Julio César Ortega Frier. Sus aportes a la Educación dominicana, al Derecho, a la construcción pública de un mejor Estado y al fortalecimiento del pensamiento dominicano. Complejo entramado de herramientas a disposición de los seres humanos para su servicio y defensa, tal como el Derecho.

En los apuntes biográficos del doctor Ortega Frier reseñados por su esposa Carmen Peña, destacaba que “el amor de Julio por instruir e instruirse, y su fervor por la verdad fueron el culto de toda su existencia. Un hombre que fue íntegro, batallador, estudioso, perseverante, honrado y bueno, que sirvió a su Patria y a su generación”.

 

 

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