Abogadas y abogados,
Hoy nos toca asistir a esta Audiencia de Juramentación de modo especial, en condiciones excepcionales. La pandemia del Covid19 nos ha alterado todos los procesos a nivel planetario y local. Así, lo que hoy estaba supuesto a suceder en la Sala Augusta ha tenido que realizarse aprovechando las ventajas tecnológicas para mitigar el riesgo de contagio. Aun así, cumplimos con todas las formalidades de lugar.
A pesar de la complicada situación, hoy es un día feliz para todas y todos ustedes, nuevos profesionales, que se juramentan ante el Poder Judicial. También es una fecha importante para el país, pues nace un nuevo grupo de abogadas y abogados, que tienen en sus manos el futuro del sistema.
Entran con paso firme al mundo jurídico, tras estudiar varios años. Lo hacen con esperanza, y con el deseo de lograr por ustedes, por sus familias y su país el mejor de los caminos profesionales.
Tienen a partir de hoy un compromiso con velar por la justa resolución de los conflictos entre partes, haciendo valer los derechos de las personas, como manda la Constitución y las leyes de la República. Eso es, magistradas y magistrados, profesionales que hoy participan de esta ceremonia: lo que la sociedad espera de todas y todos nosotros.
Su Juramentación de hoy promete, porque cada una y cada uno de ustedes representa una nueva oportunidad de mejorar y enaltecer el servicio y fortalecer el Estado de Derecho. Hoy les toca jurar servir como abogadas y abogados ante los tribunales de la República: una difícil encomienda para mejorar diariamente la convivencia.
Comprender nuestro papel ante la justicia y el rol de esta en la sociedad. Ver más allá del presente la posibilidad de su transformación inspirada en la necesidad de legar al futuro inmediato, y a nuestros hijos, una mejor patria.
Ejercer el Derecho es tener la capacidad de gestionar la realidad a través de sus fuentes. Debemos actuar tomando en cuenta la responsabilidad que conlleva. Así como el valor de la dimensión humanista de nuestra misión ante el sistema jurídico.
Hay mucho valor en aportar con un ejercicio comprometido y estudioso de los recursos y elementos de fondo que el Derecho supone. También, levantando la profesión jurídica como un rol de servicio social. Dignificarla diariamente proponiéndonos y actuando para ser mejores, como lo ha hecho durante décadas el Dr. Ramón Antonio (Negro) Veras: una columna de la sociedad santiaguera y del país.
Señoras y señores,
Existe la necesidad imperiosa de que los jueces y juezas, abogadas y abogados, nos pongamos a la altura del momento que vivimos. Es una obligación para con el sistema, y un deber hacia el futuro. Debemos comenzar a pensar cuáles son los profesionales del Derecho y la judicatura que requiere el siglo XXI. Ese debate no admite demora.
Nuestra tarea es sembrar para hacer fértil un camino de avances. Nuestro deber con el Derecho es preservarlo, cuidar los recursos jurídicos, pero a ello hay que agregar la necesidad de mejorar y hacer gestionable el sistema y de cuidar la salud de las y los actuantes en justicia.
La Justicia cuenta con la responsabilidad y sacrificio de todos nosotros.
Abogadas y abogados,
La construcción del camino del futuro no puede valerse por sí sola. Es el resultado de un recorrido y debe reconocer valor en el pasado y el presente. Avanzamos en brazos de la historia reciente, con grandes logros a favor de la institucionalidad, la profesionalización y la independencia. Reformas que enriquecieron y enriquecen el devenir democrático, y que sostienen la carrera judicial, el camino hacia una justicia íntegra, oportuna y eficiente. Así como el compromiso de grandes juristas y profesionales del Derecho con la calidad democrática y con la mejora diaria de la sociedad desde el ejercicio jurídico.
En ese sentido es valioso reconocer la figura, la trayectoria y el ejemplo del Dr. Ramón Antonio (Negro) Veras. Una columna de la sociedad santiaguera, defensor de la democracia, valiente y crítico.
Don Negro Veras ha sido capaz de combinar su ejercicio profesional, que ha llevado adelante con apego a la ética, con la militancia ciudadana. Dejando frutos que lo describen en el tiempo como un defensor de la democracia, valiente y crítico.
Su aproximación a la vida profesional y social conlleva siempre una mirada crítica y un compromiso firme con sus convicciones y valores. Mucha gente coincide en considerarlo un hombre solidario, con fe, dignidad y mucho carácter. Es valioso reconocer su camino por considerarlo un estandarte para que cada día haya mejores profesionales del Derecho y servidores judiciales.
Su rol activo en distintos procesos de nuestro país lo llevó incluso a poner en riesgo su vida por combatir el autoritarismo.
Les convoco, abogadas y abogados, a abrazar un ejercicio digno del Derecho. A llevar adelante el sueño posible de una justicia que pueda cumplir su rol con integridad, probidad, eficiencia, diligencia y apertura. Ejercer nuestra profesión evitando promover el retardo, combatir la dispersión de criterios, haciendo de la ética el norte de nuestro accionar diario.
A partir de hoy son abogados y abogadas ante los Tribunales de la República. Les exhorto a ejercer el Derecho con dedicación y sentido de su deber ante la sociedad. “Ser más para servir mejor” son palabras de Ignacio de Loyola que aspiro a que queden guardadas en algún lugar de su memoria. Con ellas quiero hacerles un llamado a nunca perder de vista a las miles de personas que serán afectadas por cada decisión que tomarán. Esta es la carrera que ustedes han elegido y trabajado para ejercer, sepan que todo lo que hagan impacta en millones de personas.
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Mil 565 abogados prestan juramento ante la Suprema Corte de Justicia- El Caribe
