Un día como homo hoy, 6 de noviembre de 1844 fue proclamada la primera Constitución de nuestro país. Con ella, el inicio formal de una república libre e independiente.
Ciento setenta y seis años más tarde vale destacar la grandeza de nuestra Constitución actual, que recogió las posiciones de toda la vida nacional y dejó en manos de los más versados expertos la elaboración del texto, contemplando en su seno prerrogativas y principios de fuerte arraigo democrático y con una mirada perfectible de nuestro desarrollo social y político.
La ley fundamental es el eje central de nuestra vida nacional, que recoge los derechos y deberes de todas y todos y debemos reconocimiento a ese trabajo y a su rol ante el futuro.
La tradición norteamericana habla de "la constitución viviente" para determinar el modo en que el marco constitucional vive más allá del texto y se desarrolla e intercambia en un diálogo constante de valores y principios con la realidad de los hechos. En nuestro país tenemos la fortuna de contar con un texto que recoge en su seno el espectro de valores que hacen posible la riqueza constitucional que ampara la complejidad de matices de nuestra vida republicana.
Ampara los derechos y prerrogativas que asisten a los ciudadanos y ciudadanas, recoge los distintos y variados elementos que constituyen nuestras relaciones de poder interno, amparan nuestra cultura y democratiza nuestros intercambios a través de instituciones de concepción avanzada y enfocadas en el servicio a las personas. La Constitución, fruto de un largo proceso de consultas con la ciudadanía, establece un marco para la convivencia pacífica y el desarrollo progresivo de las personas en nuestro país, y enfocadas en el servicio a las personas.
El carácter perfectible que plantea el Estado Social y Democrático de Derecho que proclama la Ley Sustantiva, tanto en su preámbulo, como en su articulado, sostiene la visión de desarrollo y apertura de sus redactores e impulsores.
Cada cierto tiempo hago un espacio en mi agenda para leer la Constitución. El documento fundamental de nuestra República recoge en su articulado un ideario proyectivo, al tiempo que un mandato normativo excepcional.
En nuestra Carta Sustantiva se recogen los compromisos que modelan la nación dominicana y nuestro pacto de convivencia. También supone un aparato jurídico al servicio de la contención de las arbitrariedades. Celebremos orgullosos el Dia de la Constitución. Honrémosla conociéndola, respetándola, cumpliéndola y llevando en acciones su mandato por una patria mejor.
Este viernes 6 de noviembre, en mi natal San Cristóbal hubieron varias actividades con motivo al día la Constitución, luego de varios años volví a leer la Constitución de 1963 y verdaderamente esa Constitución proclamada un 29 de Abril de 1963 ha sido la más democrática y la de más contenido social y humano que ha tenido nuestro país. Creo que sería necesario que todos revaloricemos este gran acontecimiento histórico y que nuestros jóvenes puedan conocer y estudiar esa Constitución de 1963 y que la actualmente tenemos, con esto aprenderían y les serviría para que sus derechos y garantías sean respetados sin que impere el despotismo.