Destino y compromiso

16 de febrero de 2012

Si, como dijera André Malraux, en esta era la política ha reemplazado al destino, quiere decir que las voluntades colectivas han sustituido al azar y a todas las determinaciones que apelan a la suerte o a sortilegios para determinar los rumbos del mundo, de una sociedad o de un país.

La posibilidad de optar activamente, es decir, de optar haciendo de nuestra decisión un acto de convencimiento de nuestros iguales y de los iguales de los nuestros, es en estos tiempos una posibilidad de actuar, de entrar en la acción como acto deliberado y comprometido.

Nuestra sociedad es convocada a decidir quién la va a conducir en la brecha que se abre ante nosotros. Es un momento de decisión, y lo que hagamos puede que determine si avanzamos o nos perdemos en el laberinto.

Mi elección no se fundamenta en simpatías, ni en propaganda ni en difusas nociones de que un candidato pega más, o es más popular o tiene más encanto.

Mi compromiso se basa en valores, en la valoración de las propuestas, en la trayectoria y carácter de cada candidato.

No opto por algo porque crea que va a ganar, sino que espero que mi elección resulte ganadora porque he optado y los que son como yo han optado por lo que creemos es lo  mejor.

El destino al que aspiramos para nuestro país es la política: la política entendida como proceso de construir voluntad colectiva, compromiso colectivo.

Por eso mi opción es por Danilo Medina. Porque su oferta y su trayectoria me convencen, me hacen compromisario, me suman. Mi compromiso es un acto moral y espero que impulse a otros y otras a comprometerse también. Porque es lo que necesitamos como país. Hagamos posible ese destino en el acto político de impulsar la mejor propuesta: Danilo Medina.

Publicado en Santo Domingo,  fecha 29 de junio de 2011, ver publicación en Perspectiva Ciudadana

henry@henrymolina.com

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