Todo técnico que en la última década haya participado en el diseño de políticas estatales reconoce la importancia del fortalecimiento de las instituciones y el establecimiento de un ambiente de seguridad jurídica adecuado como requisitos para la creación de un ambiente de negocios que estimule la inversión e impulse el desarrollo económico del país.
Pero la importancia de contar con sistema institucional sólido va mucho más allá de los argumentos puramente económicos. Una institucionalidad fuerte es capaz de crear las condiciones necesarias para el desarrollo de las personas de forma equitativa y progresiva en un ambiente que garantice las libertades individuales y los derechos humanos.
Esta visión ampliada del fortalecimiento institucional forma parte del diseño del programa de gobierno de Danilo Medina, quien ha hecho énfasis en que el verdadero impulsor de esta transformación debe ser el estado.
Danilo ha delineado claramente el plan de acción que su gobierno llevará a cabo para lograr los necesarios avances en materia de institucionalización empezando por un apego irrestricto a lo legal como principio innegociable practicado desde la propia presidencia. Para ello ha diseñado un Plan que proveerá a los responsables de la Administración Pública de los conocimientos técnicos y los recursos necesarios para cumplir con las leyes.
Danilo ha manifestado que una toda ley imposible de cumplir no debe existir. Por eso, cuando se identifiquen tales normas, se buscará su derogación o reformulación. Pero más importante aún, Danilo ha planteado la necesidad de una alianza con el Congreso Nacional para que toda nueva ley, antes de ser aprobada, sea sometida a un estudio de factibilidad. El propósito es evitar que las leyes se conviertan en simples enunciados que nadie cumpla.
Si la falta de institucionalidad viene dada por el incumplimiento de la ley, Danilo ha decidido tomar el toro por los cuernos.
Publicado en Santo Domingo, fecha 02 de mayo del 2012, ver publicación en Perspectiva Ciudadana
