La Real Academia de la Lengua define CONTRATO como un pacto o convenio entre partes que se obligan sobre materia determinada, y a cuyo cumplimiento pueden ser compelidas.
Al votar, el elector establece un contrato virtual con los candidatos a los que está eligiendo. Nuestro voto los autoriza a convertirse en los representantes de nuestros intereses ciudadanos, entendidos como los intereses generales de la sociedad que posibilitan la convivencia armoniosa.
El voto no puede ser utilizado para contratar la promesa de que alguien nos va a resolver un problema personal. Los asuntos particulares se solucionan en base a trabajo individual, tienen que ver con nuestras propias capacidades y, en todos los casos, la satisfacción de dicha necesidad personal debe encontrar respuesta fuera de la cosa pública y del estado.
En este proceso electoral, formal e informalmente, se han escuchado muchas promesas de dádivas, limosnas y cargos que prometen resolver problemas particulares a individuos o grupos de personas. Cuando la política opera de esa manera, los augurios son terribles.
El candidato que se agencia apoyos en base a ofertas particulares que no tienen nada que ver con el bien general de la sociedad quedará subyugado por un compromiso que le atará las manos y le imposibilitará cumplir con la tarea esencial de procurar el desarrollo de la mayoría.
Ese bienestar de la mayoría es lo que encontramos consistentemente en el programa de gobierno de Danilo Medina cuando insiste en un cambio de modelo económico que conecte la política social con la política económica, para que la mayoría tenga un trabajo digno y se garantice la educación y la salud de todos los dominicanos. No se trata de limosnas o favores personales, se trata de construir un país mejor. Tal es el contrato que podemos establecer con Danilo vía nuestro voto.
Publicado en Santo Domingo, en fecha 11 de mayo del 2012, ver publicación en el Periódico El Día