30 de octubre 2025, Hotel Westin, Punta Cana.
“Cada mañana, en este país, empieza una historia.
No en los tribunales, sino en la vida de la gente:
en quien trabaja, espera o sueña con ser escuchada.
Todos comparten una misma esperanza:
que la justicia llegue… y llegue a tiempo.
Esa es la justicia que imaginamos:
viva, cercana, centrada en las personas,
garante de la dignidad, la libertad y la igualdad.
Una justicia que funcione.
Una justicia que reconcilie al país con su esperanza.”
Muy buenos días.
Es un honor dirigirme a esta distinguida comunidad jurídica aquí presente.
Agradezco al Instituto OMG la oportunidad de compartir, en este espacio de reflexión académica,
nuestra visión de lo que debe ser la justicia del futuro.
Espacios como este – de el CIEL – Congreso Internacional de Estrategia Legal", en su quinta (V) edición,
son vitales, ahora más que nunca,
Porque aquí no solo conversamos sobre el futuro,
sino que contribuimos a definirlo,
desde la reflexión, la colaboración y la
responsabilidad compartida.
¿Por qué una "Justicia del Futuro"? (El Reto Humano y Democrático)
La justicia del futuro es, ante todo,
“Una justicia al día, centrada en las personas,
garante de la dignidad, la libertad y la igualdad”.
Hoy, en la República Dominicana,
construimos una justicia humana:
una que libera, repara, y
acerca el derecho a la vida de cada persona.
Al hablar del futuro de la justicia dominicana,
lo hacemos conscientes de que su
verdadero progreso se mide
en la experiencia real de las personas:
en su dignidad,
en su seguridad jurídica,
en su acceso claro, rápido y confiable
para resolver conflictos.
La justicia es un derecho fundamental
que se concretiza en la prestación de un servicio.
Porque donde hay justicia accesible,
hay libertad real.
Y donde hay libertad y justicia,
hay confianza para construir país.
Por eso quiero plantear hoy,
por qué es imperativo repensar la justicia,
en un mundo hiperconectado, acelerado y fatigado.
El Reto de la Eficiencia vs. la Reflexión:
Como diría el filósofo surcoreano Byung –
Chul Han, recientemente galardonado con el
Premio Princesa de Asturias de
Comunicación y Humanidades, vivimos en
"una sociedad del rendimiento".
Una sociedad que nos empuja a producir, a
Responder, a acelerar… sin detenernos a pensar.
En ese contexto la demanda ciudadana por
eficiencia y "Cero Mora" es legítima y necesaria.
Pero una justicia que solo acelera corre el
riesgo de agotarse, De caer en la autoexplotación institucional y perder lo más valioso que tiene:
su "pausa reflexiva", su capacidad de escuchar
de ponderar, de decidir con alma.
El verdadero desafío no es solo ser rápidos.
Es ser eficientes sin sacrificar la reflexión, la deliberación,
la sana crítica y la calidad humana de la decisión.
Porque una justicia "justo a tiempo"
no puede ser una justicia mecánica, sin espíritu.
La justicia, aun en la era digital,
Debe conservar el pulso humano de la palabra y la mirada:
la serenidad que precede a toda decisión
verdaderamente justa.
El Reto del Acceso vs. la Inclusión:
Sin acceso efectivo,
la justicia se convierte en una promesa vacía.
Y sin justicia, la libertad es frágil,
la democracia incompleta y el desarrollo
insostenible.
Por eso trabajamos por una justicia con "100% Acceso".
Pero el acceso no puede transformarse en
una "dictadura de lo igual",
ni un modelo único, exclusivamente digital.
La verdadera inclusión comienza cuando
reconocemos al otro:
al vulnerable,
al que no tiene conectividad,
al que habla otra lengua,
al que tiene una discapacidad,
simplemente al que necesita ser escuchado.
Nuestro plan debe adaptarse a la persona,
y no la persona al sistema.
Porque la justicia no se mide solo por cuántos
Llegan a ella,
sino por cuantos pueden comprenderla,
ejercerla y sentirse parte de ella.
El Reto de la Transparencia vs. la Confianza:
Exigimos "100% Transparencia" para
fortalecer la democracia.
Pero la transparencia, entendida solo como
una simple exposición de datos,
no genera confianza por sí sola.
La transparencia es un medio, no un fin.
El fin es reconstruir la confianza pública.
Y esa confianza no se impone; se cultiva.
Se construye con pedagogía,
con diálogo
con participación ciudadana,
con decisiones que resisten la luz del día y la
mirada de la gente.
Porque la verdadera transparencia
no consiste en mostrar todo,
sino en no tener nada que ocultar.
Y cuando la justicia actúa con integridad,
los datos se vuelven credibilidad,
y la transparencia se transforma en
Confianza.
Nuestro "Plan Justicia del Futuro dos mil treinta y cuatro (2034)"
es una respuesta estratégica y
profundamente humana
a los retos que plantea la sociedad de hoy.
Una sociedad que exige rapidez, pero
también reflexión;
acceso, pero con inclusión;
transparencia, pero con confianza.
Este plan resume la convicción que motoriza
nuestra gestión:
“No hay desarrollo ni democracia,
sin una justicia que funcione,
que resuelva a tiempo,
que inspire confianza
y que ponga a las personas en el centro.”
Porque cuando la justicia llega a tiempo,
la democracia se fortalece
y el país entero avanza con esperanza.
Lo que en 2019 era futuro, hoy es presente
Para hablar del futuro con credibilidad,
debemos rendir cuentas sobre el presente.
Lo que en 2019 era apenas un sueño,
hoy es una realidad palpable.
Con el Plan "Visión Justicia 20-24″
trazamos un camino claro:
pasar de los sueños a los hechos,
de la promesa a los resultados,
de la planificación a la transformación.
En esos años -y gracias al esfuerzo
Colectivo del Poder Judicial–
logramos construir los cimientos
de lo que será la justicia del futuro.
Digitalizamos procesos,
reducimos tiempos,
fortalecimos la independencia judicial
y consolidamos una cultura de servicio y
transparencia.
Pero, más allá de las cifras,
lo que verdaderamente cambió fue la
mentalidad institucional:
pasamos de la inercia a la innovación,
del rezago a la mejora continua,
del aislamiento a la cooperación.
Y esa transformación – que comenzó con visión y
Voluntad-
nos permite hoy afirmar con convicción que:
la justicia dominicana ya no habla del futuro
como una promesa,
sino como una obra en marcha.
Porque el futuro no se adivina:
Se construye cada día, con hechos, con
compromiso con esperanza.
El Hito de la Mora:
Uno de los logros más significativos de este proceso
ha sido vencer el peso del tiempo.
Alcanzamos el 0% de mora en la
Suprema Corte de Justicia,
fallando casos que databan de 1982.
Cerramos 40 años de retardo estructural,
y con ello, dimos un mensaje claro:
que la justicia puede avanzar,
que la justicia puede ponerse al día,
y que la justicia puede cumplir su promesa.
Hoy, ese esfuerzo se extiende a todo el país.
Más del 80% de los tribunales de la
República Dominicana
están libres de mora judicial.
Detrás de cada cifra hay un ciudadano que
Esperó una respuesta,
una familia que encontró una solución,
una comunidad que recuperó la confianza.
Este hito no marca un punto de llegada,
sino un punto de partida:
la prueba de que una justicia al día
no es una utopía,
sino una tarea posible.
La Transformación Digital (De la pandemia a la política):
La pandemia nos obligó a reinventar la
Justicia.
Lo que comenzó como una respuesta de
emergencia,
se convirtió en una política pública permanente.
La firma digital ya no es un proyecto en desarrollo:
está implementada en el 100% de los
documentos judiciales.
Y las audiencias virtuales,
pasaron de ser una respuesta a la crisis
a ser una práctica ordinaria,
que ahorra tiempo, optimiza recursos
y que permite continuidad del servicio,
incluso en momentos difíciles.
Pero más allá de los sistemas,
lo que realmente cambió fue la cultura
institucional:
aprendimos que la justicia puede ser digital
sin dejar de ser humana,
eficiente sin perder cercanía, y
moderna sin perder su espíritu.
Acceso Real:
La justicia del futuro se mide en acceso y en confianza.
Hoy, ese acceso ya es una realidad tangible.
El Portal de Acceso Digital del Poder Judicia
es una realidad funcional
Hace apenas un año
contábamos con aproximadamente 2,000
usuarios registrados.
Hoy, más de 23,000 usuarios ya tramitan,
depositan y consultan sus expedientes
sin necesidad de pisar un tribunal.
Este avance se complementa con un paso
decisivo hacia la transparencia absoluta.
Transparencia Absoluta:
Gracias a la Juriteca de la Escuela Nacional de la Judicatura,
todas las decisiones judiciales -desde la
Suprema Corte de Justicia
hasta los Juzgados de Paz-,
están disponibles en línea de manera abierta y gratuita.
Cita de Resumen:
Así, la justicia dominicana ha dado un giro histórico:
“Hemos pasado de ser una caja negra,
que solo se abría en momentos de crisis,
a una justicia totalmente abierta y
disponible para la gente.”
Una justicia que rinde cuenta, que se deja ver,
y que empieza a ser, cada día más,
un bien publico compartido por todos.
Avance reconocido a nivel internacional
Este avance no es solo una percepción interna.
El mundo está observando – y midiendo –
la transformación de la justicia dominicana.
WJP 2025
El pasado martes 28, el World Justice Project (WJP)
publicó el Índice de Estado de Derecho 2025.
El resultado es contundente:
La República Dominicana subió 11
posiciones en el ranking global.
Somos el país con mayor avance a nivel mundial
registrado en el último año.
Mientras que el 68% de los países evaluados
retrocedieron en el índice.
Subimos del puesto 86 al puesto 76 a nivel global,
y del puesto 20 al 16 en América Latina.
Este salto no es fruto del azar.
Se sustenta en mejoras reales y medibles
en gobierno abierto, justicia civil y justicia penal:
tres dimensiones donde la ciudadania siente
el cambio.
Y ese avance no solo honra al Poder Judicial:
Honra a todo un país que ha decidido creer
que la justicia puede ser moderna,
humana, confiable…
y capaz de inspirar desarrollo.
Este salto no es casualidad.
Se sustenta en mejoras, que son medibles
en temas como, gobierno abierto, justicia civil y justicia penal.
“En un mundo donde el Estado de derecho
retrocede,
la República Dominicana avanza.”
La brújula del futuro: justicia centrada en las personas
Los logros alcanzados en estos años no son
un punto de llegada,
sino la prueba viva que tenemos la
capacidad para trazar el próximo horizonte
de la justicia.
Nuestra Misión 2034
Nuestra misión – visión hacia 2034
esta claramente definida:
“Una justicia al día,
centrada en las personas,
garante de la dignidad, la libertad
y la igualdad.”
¿Qué significa "Centrada en las Personas" en la práctica?
Pero ¿qué significa realmente
centrar la
justicia en las personas?
Significa romper las barreras –
geográficas, económicas y tecnológicas –
que aún impiden a muchos acceder al
Derecho.
Significa una justicia de
servicios accesibles, comprensibles,
sin tecnicismo que excluyan.
El lenguaje claro deja de ser un ideal
para ser una política de Estado.
Sentencias comprensibles,
la Juriteca, el Anuario de Jurisprudencia dominicana,
y el observatorio judicial son ejemplos de
un Poder Judicial abierto
que se abre a la ciudadania,
que explica, que rinde cuentas,
Y que se deja leer.
Pero centrar la justicia en las personas va
más allá del acceso digital.
Significa poner la dignidad humana
en el centro de cada decisión:
Esto implica atención empática,
acompañamiento real a las víctimas,
especialmente las vulnerables.
Significa que los espacios judiciales sean
Dignos, accesibles y humanos,
Porque el entorno también comunica respeto.
Nuestro plan prioriza a quienes enfrentan
mayores barreras:
las mujeres, los niños, los adultos mayores,
las personas con discapacidad,
las comunidades rurales,
quienes carecen de conectividad o recursos.
Si ellos pueden acceder fácil, rápido y con
confianza,
entonces todas las personas podrán hacerlo.
¡Nuestra satisfacción será plena
si en el futuro cercano,
el 100% de las personas
en condición de vulnerabilidad
sienten que acudir a la justicia es
fácil, económico y eficaz!
La Nueva Métrica del Éxito:
En este nuevo horizonte, también cambia
nuestra forma de medir el éxito.
Dejamos atrás el medirnos solo
por la cantidad de expedientes fallados,
Ahora comenzamos a medirnos
por la calidad de la experiencia del usuario
y el nivel de confianza ciudadana.
Conocer la cantidad constituyó una primera etapa:
puesto que quien no conoce su inventario
está destinado al desorden y por ende al fracaso.
Hoy, ya conocemos nuestro inventario.
Sabemos cuántos casos entran y salen
y dónde hay desequilibrios.
Ahora toca medir lo que realmente importa:
la satisfacción de las personas,
la confianza ciudadana,
la calidad del trabajo judicial,
sin descuidar los plazos procesales.
Como ha dicho Naciones Unidas:
“El acceso a la justicia, además de ser un
derecho fundamental,
es una condición indispensable para el
desarrollo económico sostenible,
la cohesión social y la legitimidad del Estado.”
Y como solemos recordar en cada espacio de trabajo:
“Una justicia que no se entiende,
no resuelve.
Y una justicia que no escucha,
no transforma.”
Ese es nuestro compromiso y responsabilidad:
mantener siempre el diálogo, la reflexión
y la concertación,
para fortalecer nuestra democracia
e impulsar el bienestar de las personas.”
La justicia oportuna es la única justicia posible
Una justicia centrada en la persona
es, por definición, una justicia oportuna.
Porque cuando la justicia llega tarde,
deja de ser justicia.
La Meta (Eje 1 del Plan):
Nuestro objetivo estratégico 2034
Es claro y medible:
Una Justicia ágil, con 0% Mora.
Buscamos erradicar el retardo judicial
en el 100% de los tribunales del país
Queremos construir juntos
una "justicia justo a tiempo".
El Plazo de ley:
Pero no se trata solo de hacerlo más rápido.
Se trata de resolver todo lo que entra al sistema
dentro del plazo legal y razonable.
Esto incluye un impulso decidido
a los mecanismos alternativos de resolución de conflictos,
como la conciliación, la mediación y el arbitraje.
Gestión Activa del Proceso:
El tiempo razonable exige una
gestión activa de los procesos:
reducción de los aplazamientos innecesarios,
optimización de los flujos procesales,
y aprovechar plenamente la tecnología
La tramitación por el portal y la firma electrónica
ya aportan mucho a este objetivo:
menos papeles, menos esperas, más resultados.
Pero más allá de los sistemas,
está la dignidad de las personas.
“Pero esa dignidad también se mide en días.
Porque una justicia tardía deja de ser justicia.”
La justicia como base de inversión y confianza
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT):
“Las instituciones de justicia
son un pilar esencial para la paz,
la estabilidad y el desarrollo
económico de largo plazo.”
La justicia no es un gasto;
es la principal inversión
de un Estado democrático.
Quiero ser enfático:
No hay inversión extranjera
ni local, sostenibles,
si no hay seguridad jurídica.
La seguridad jurídica
no es solo tener leyes claras.
Es tener decisiones predecibles,
un sistema transparente
y que rinde cuentas.
Un sistema judicial fuerte,
ágil e independiente
reduce el riesgo país, atrae capital,
permite la competencia leal y sostiene la economía.
Toda institución del estado
enfrenta una batalla por la confianza:
En el Poder Judicial tenemos progresos
significativos en este enfrentamiento bélico.
La confianza ciudadana en el Poder Judicial
pasó de un 21% en 2018
a un 40% en 2024, según el Latinobarómetro.
Hoy la ciudadanía confía el doble
en su sistema de justicia.
Pero tiene que seguir subiendo.
La sociedad así lo demanda.
Según la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE):
“Los sistemas de justicia eficientes y efectivos
promueven un clima de inversión y negocios
próspero, y son impulsores de una
recuperación económica inclusiva.”
“La justicia no solo resuelve conflictos:
Sostiene la economía, reduce el riesgo
y genera confianza en el país.”
“Lo que hicimos fue el comienzo.
Lo que viene, marca el rumbo.”
Este Plan Decenal no es un sueño.
Es una hoja de ruta
que identifica nuestras
8 oportunidades estratégicas.
No les tememos; las estamos gestionando.
Debemos concentrarnos
en cerrar la brecha de uso digital:
Ya tenemos el portal;
ahora necesitamos la adopción universal.
Que el portal sea la regla para
la tramitación de los asuntos.
Debemos avocarnos a una
reforma del proceso penal:
Una reorganización profunda para garantizar
oportunidad real y pleno respeto a los derechos.
El 90% de los casos debe resolverse
a través de acuerdos entre las partes,
como ocurre en la mayoría de los países
que han implementado un sistema penal
acusatorio-adversarial.
Y el resto de los casos,
aquellos se judicialicen,
su duración no debe exceder de
1 año en el sistema de justicia,
ni en penal ni en ninguna materia”.
Queremos transformar la justicia inmobiliaria:
Mayor agilidad en trámites administrativos y jurisdiccionales,
y seguridad jurídica.
El inmobiliario es un sector vital
para la economía y la paz social.
La justicia del futuro debe propiciar
un ecosistema digital que permita
la interoperabilidad entre el Poder Judicial,
el Ministerio Público, los abogados y
demás actores del sistema
e instituciones del Estado.
El ciudadano no puede ser un mensajero
entre instituciones.
La simplificación debe ser un principio
de la administración.
Consolidar la justicia centrada en las personas,
es llevar la "Guía de Trato Digno" y
el lenguaje claro a cada interacción,
en cada tribunal del país.
Hemos dado ejemplo de lo que es
una gestión basada en datos:
Usar la data que generamos
para tomar decisiones estratégicas,
medir el impacto y rendir cuentas.
La confianza se gana día a día,
con ética, transparencia y resultados visibles.
Por último, necesitamos jueces y servidores judiciales
formados en las competencias modernas
que este nuevo modelo demanda.
“Estos no son problemas.
Son oportunidades estratégicas.
Y están claramente definidos en nuestra hoja de ruta.”
“El futuro de la justicia dominicana
no lo estamos esperando.
Lo estamos construyendo.”
El Plan Decenal Justicia del Futuro
no se escribió en un escritorio aislado.
Es el resultado de una co-creación
con más de 3,000 voces de jueces,
abogados, académicos y ciudadanos.
Muchos de ustedes participaron en su construcción.
Por eso, quiero concluir con una invitación formal:
El próximo 19 de noviembre
presentaremos de forma virtual
el Plan Justicia del Futuro 2034.
Este plan es el resultado de un esfuerzo conjunto
entre sectores empresariales, académicos,
sociales y políticos, que define la ruta
de transformación de la justicia dominicana,
para la próxima década.
Están todos invitados a formar parte.
Porque el futuro de la Justicia dominicana
se construye con hechos…
y con ciudadanos comprometidos.
Una nación solo puede prosperar
si su justicia es fuerte.
Fuerte no por el poder que concentra,
sino por la confianza que inspira.
Fuerte porque garantiza los derechos,
protege las inversiones, y hace posible
el desarrollo económico y social.
Juntos, podemos imaginar,
una justicia que amanece cada día,
una justicia viva; tejida con la dignidad de cada persona,
con la libertad que respiramos y la igualdad que nos une.
Esa es la justicia del futuro:
una justicia al día, centrada en las personas,
garante del desarrollo económico y social;
que sostiene en su corazón la promesa
de un mundo más digno y justo para todos.
El momento de forjar esa justicia del futuro
es ahora.
Convirtámosla en pilar de nuestro orgullo dominicano
y en la garantía de un país más digno, libre y justo
para cada uno de nosotros y
para las generaciones venideras.
Muchas gracias.


