El panorama electoral se aclara, con la decisión de la Primera Dama de declinar sus aspiraciones por el partido de gobierno, en aras de que el Doctor Leonel Fernández pueda mantener la prometida imparcialidad en las lides internas del PLD.
Se aclara el panorama porque cada día que pasa es más obvia la situación de que la confrontación electoral será entre Danilo Medina, por el PLD e Hipólito Mejía, por el PRD, como hace diez años. Pero esta vez los términos de la confrontación electoral lucen distintos. Mientras el PLD parece que irá monolíticamente unido tras los blasones levantados por Medina, el PRD luce atravesado por cierto grado de división.
Además, el candidato Danilo Medina aparenta ser un hombre experimentado, curtido y con una amplia base social, que está creciendo hacia los sectores medios y profesionales, mientras garantiza la adhesión de cientos de miles de votantes de los estratos más pobres.
Mejía, por su parte, tiene que restaurar las relaciones tradicionales con la base popular del PRD y sobre todo con los sectores medios, que siempre fueron una fuente de apoyo a ese organización, pero que, desde hace unos 6 años parecen haberse distanciado pronunciadamente de ese partido.
Quien esto escribe no quiere dejar pasar por alto la ocasión para manifestar su adhesión a Danilo Medina: porque este es su tiempo, porque porta un proyecto de sociedad más inclusiva, porque tiene respuesta para casi todos los temas urgentes de nuestra sociedad y porque ha sabido trabajar en equipo, someter a control los excesos y demostrar la fortaleza y la templanza que sólo son características de aquellos cuya fe y esperanza están cimentados en el amor a su país, a su pueblo.
Por eso, como un acto racional de fe, esta vez será con Danilo.
Publicado en Santo Domingo, fecha 27 de abril de 2011, ver publicación en Perspectiva Ciudadana.