En diversos artículos y estudios sobre los países que han logrado alcanzar el desarrollo, se postula que la combinación de tres factores explica su éxito: 1) inversión en capital humano, 2) el establecimiento de un régimen de derecho y buen gobierno, y 3) una economía orientada a la competitividad y el fomento de las exportaciones.
El incremento de las capacidades productivas, junto con la confiabilidad que proveerían la garantía de derechos y una administración pública honesta, confiable, con reglas claras y un entorno predecible de normas y regulaciones, tendrán como efecto propiciar y atraer las inversiones, y generar un ambiente que favorecería la competitividad y la dinamización de la economía, afirman los expertos.
Debemos entender que los esfuerzos e inversiones para tener una educación de calidad, un régimen de derecho y una administración pública eficiente y confiable son cruciales si queremos que nuestra sociedad alcance el clima de productividad, eficiencia y equidad que son imprescindibles para alcanzar el desarrollo humano.
Actualmente, una coalición de organizaciones sociales, comunitarias, ONG, entidades empresariales y personalidades está manifestando su exigencia de que la inversión en educación alcance la cota del 4% del PIB, que se ha señalado como el mínimo necesario para nuestra sociedad y que está consignado en leyes y acuerdos.
Sería muy conveniente que los que ya están implicados en esa coalición tomasen iniciativas para que a ella se agreguen otros sectores y segmentos de la sociedad, sobre todo del sector privado o empresarial y que, desde ese mismo espacio se proponga el otro reclamo: el de buen gobierno, el de administración pública sana, eficiente y un orden de mayor apego al derecho, a lo que disponen la Constitución y las leyes. Esta es la propuesta R2 de esta semana.
Publicado en Santo Domingo, en fecha,10-11- 2010, ver publicación en articulo del periódico.
