La sociedad dominicana confronta la necesidad de encontrar respuestas a cuestiones fundamentales y acordar cómo ponerlas en marcha.
Intentaré establecer algunas de las preguntas y más adelante me referiré a las respuestas y cómo hacerlas realidades.
¿Cómo vamos a mantener el crecimiento económico superando la inequidad social y económica que nos mantiene en el atraso como país?
La institucionalidad ha sido considerada como una condición para el desarrollo, ¿mediante qué estrategia vamos a construir una institucionalidad democrática que funcione, que dé respuestas y genere confianza?
Todos coincidimos en que se requieren grandes cambios en los sistemas de salud y seguridad social, pero si no hemos logrado concertar acerca de cómo producirlos (por las dificultades para llegar a acuerdos a cuestiones cardinales), mucho menos acerca de cómo financiaremos el incremento de la inversión en salud como porcentaje del PIB.
El Estado dominicano debe continuar reformándose para ser más eficiente, pero sobre todo más democrático, proveedor de seguridad y cohesión, ¿esto implica un Estado más grande o más pequeño? ¿Cómo hacemos avanzar lo acordado en la END en este sentido? ¿Cómo creamos una cultura de legalidad?
Partiendo de nuestro retraso comparativo en términos de capital humano, según los informes globales más recientes, deberíamos concentrar bastante esfuerzo en definir cómo superar las brechas actuales y qué medidas inmediatas nos garantizan ser más competitivos en el futuro inmediato y posterior.
Finalmente, por ahora, se percibe con claridad que el hecho de que más del 60% de la población sobreviva en la informalidad afecta todos los demás aspectos señalados en los párrafos previos, pero no tenemos una idea clara, ningún acuerdo acerca de cómo vamos a superar esta informalidad en términos sociales, de cohesión, de aprendizajes y apego a ciertos grados de disciplina.
Artículo publicado en Santo Domingo en fecha 22 de enero de 2014 en el periódico El Día.