Henry Molina
Ejercer el voto con responsabilidad es definir una relación de contrato virtual entre electores y elegidos
Con el voto autorizamos a representantes de nuestros intereses ciudadanos — intereses generales que tienen que ver con la calidad de la convivencia– No se trata de elegir personas para resolver asuntos personales. Las elecciones son sobre asuntos de interés público. La sociedad debe proveer otros mecanismos para que –sobre la base del esfuerzo individual, los atributos personales y las condiciones en que se encuentre cada uno—resolvamos nuestros asuntos personales fuera de la política. Lamentablemente no es efectivamente así en nuestra sociedad.
Cuando los partidos y candidatos o candidatas incitan a votar sobre la base de dádivas, promesas de empleos o cualesquiera ofertas de solución de problemas personales, están distorsionando la naturaleza de la relación entre la política y los ciudadanos. Un estudio reciente sobre la corrupción en países del tercer mundo indica que la calidad del proceso electoral es una de las tres condiciones imprescindibles para garantizar una administración pública exenta de corrupción. Los candidatos que se basan en ofertas no políticas nos anuncian que van a violar su compromiso esencial.
Los que sean electos el 16 de mayo reciben un mandato. Los mandatarios son los votantes, son los que encargan el compromiso en el que incurren los elegidos por la mayoría. Los votantes, los ciudadanos tenemos que supervisar el cumplimiento de los compromisos por parte de los elegidos. Y aquellos que no hayan cumplido a satisfacción el encargo deben ser castigados –en una elección subsiguiente—negándoles el voto. Eso es válido tanto para el porvenir como para examinar la conducta de aquellos candidatos que concurren a las elecciones buscando una renovación de su mandato. ¿Cumplieron? Si lo hicieron merecen la renovación, si no, merecen ser rechazados.
Publicada en Santo Domingo, fecha 12 Mayo 2010, 7:09 PM, Ver publicación del periódico
Me encanto el video, muy innovador.
Es muy cierto lo planteado en el artículo, pues los ciudadanos no acostumbramos a verificar que realmente implica el accionar de un representante en nuestra vida cotidiana. Esto se expresa aun más con los congresistas, qué porcentaje de la población que votó en las elecciones de 2006 sabe de algún proyecto de ley impulsado o apoyado por el diputado o senador que eligió?