Soy hijo de Carmen Miledys Peña Castro, quien nació en “El campo” un paraje de Guayubin en la linea del Cibao y Luis Henry Molina Peña nacido y criado en los barrios de Borojol y Villa Francisca, quienes me pusieron por nombre Luis Henry y de quienes recibí sus apellidos, por lo que me llamo igual que mi papá. Mis hermanos son: Héctor Juan, el mayor, Cynthia Mercedes mi única hermana a quien llame en mi niñéz Manita y Luis Emilio, el más pequeño pero el más alto de la casa.

Nací el 24 de agosto de 1967, me crié y vivo en la República Dominicana, aun cuando viví seis años de mi niñéz en Caracas, Venezuela, donde lleve a cabo muchísimas excursiones en los cerros de La Trinidad, en Coracrevi hoy increíblemente poblados, toda mi infancia estuvo llena de política y deportes aun cuando destacaba más en lo primero que en lo segundo. Fui el nieto adorado de mi abuela Mercedes, en realidad hermana de mi padre, quien me protegió y cuido como si fuera su propio nieto. Recibí mucho cariño de mi mamá de quien fui su gran noticia y su adorado tormento porque, según ella era muy tremendo; “tan buen pelo y tan mala cabeza” solía decir mi Tía Eunice quien me hizo el bizcocho más especial que niño alguno hay tenido: “El Castillo de Galletas”, recibí mucho amor cuando era niño, sobre todo fui mimado por un contingente de primas y tías que marcaron mi vida.

14 de febrero de 1968
A  mi hijo Henry:
Con el deseo sincero de que su vida sea una antorcha de luz, que ilumine el camino que conduce a la justicia y la verdad. Que su existencia sea para servir a quienes los necesiten; y que la humildad y sencillez, sean signos que guíen su vida. Que pensando en Dios, nunca espere recompensa, y que no olvide que a veces los mismos que aplauden critican; que por el contrario su vida sea de servicios a la humanidad oprimida, olvidando el lucro personal. Que el egoísmo y el individualismo nunca encuentren lugar en su vida, y que por el contrario luche por el bien común, y en contra de los que oprimen al hambriento y necesitados, para proporcionar a todos, la existencia comunitaria, que se basa en justicia social con libertad. Muy sinceramente de su padre, Luis Henry Molina Peña

Cuando era un pequeño estuve muy influenciado por la actividad sindical y política de mi papá, a quien acompañé innumerable veces cuando era Secretario General de la Confederación Autónoma Sindical Cristiana (CASC), en el marco de esas actividades también lo acompañaba a las reuniones del Instituto Nacional de Formación Agraria Sindical (INFAS) y a los eventos de la Federación de Ligas Agrarias Cristianas (FEDELAC).

Durante el período que mi padre se desempeño como Secretario General Adjunto de la Confederación Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) viví intensamente el ambiente del sindicalismo latinoamericano y la efervescencia política de Venezuela. Hay varias personas de venezuela que tuvieron una marcada influencia en mi formación, entre ellos debo citar: mi padrino, Rafael León Leónel, quien fue Diputado y Secretario General de la Central Venezolana de Trabajadores: mi tío Emilio Maspero, quien era el Secretario General de la CLAT, mi tio Dagoberto González, entonces Senador por Caracas, y el Secretario General de la Organización Demócrata Cristiana de America (ODCA) el Dr. Aristidy Calvani.

También tuve la oportunidad de compartir varias veces con figuras como el Dr. Rafael Caldera y el Dr. Luis Herrera Campins, ambos ex-presidentes de Venezuela. Precisamente y acompañando a este último en dos visitas que hiciera a la República Dominicana, tue la oportunidad, también de compartir con los ex-presidentes: Profesor Juan Bosch y el Dr. Joaquín Balaguer, y con los dirigentes políticos del Partido Revolucionario Dominicano Dr. José Francisco Peña Gómez y del Partido Revolucionario Independiente Lic. Jacobo Majluta, estos dos últimos, ya los conocía de manera personal a través de mi papá. También tuve la oportunidad de compartir en muchas ocasiones con el Dr. Salvador Jorge Blanco, ex-presidente de la República Dominicana, acompañando a mi papá.

Estudié derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo y mientras estudiaba milité en el Movimiento Estudiantil de Concientización (MEC), cuyo asesor era el Padre Fernando de Arango, sacerdote jesuita. En el MEC tuve por primera vez contacto con la espiritualidad ignaciana a través de los retiros espirituales, y un contacto muy activo con las zonas rurales dominicanas, a través de la participación en las jornadas de trabajo solidario en distintas comunidades del país. Del MEC aprendí la importancia del método de trabajo, la mística y el compromiso como instrumentos transformadores de nuestra vida para poder a su vez transformar la sociedad. En el Movimiento hice los amigos que hasta el día son con los que comparto el camino de la vida.

Mi primer trabajo remunerado lo tuve a los 18 años como oficinista en el Tribunal de Superior de Tierras y después en el Centro Dominicano de Asesorías e Investigaciones Legales (CEDAIL), una institución de la Conferencia del Episcopado Dominicano. Como parte de mi trabajo en CEDAIL tuve la oportunidad de colaborar con Ciudad Alternativa un proyecto de remodelación urbana con participación popular. Durante los dos últimos años de mi carrera, viví junto a mi gran amigo y hermano Andrés Navarro, una experiencia de inserción en el Barrio de los Guandules, el sector parroquial de la Esperanza.

Trabajé como abogado asociado de la firma Pellerano & Herrera donde me tuve la oportunidad de crear y gestionar el Servicio de Cobros (Servicobros), trabajar al lado de Ricardo Pellerano Socio Gerente de Pellerano & Herrera, quien me dio la oportunidad de aprender a gestionar e iniciarme en el uso de la tecnología, experiencia que me marco a lo largo de toda mi vida profesional. Durante mis años en Pellerano & Herrera también trabaje con el Dr. Juan Ml. Pellerano Gómez en la organización de la biblioteca, las actividades de la Asociación Hipolito Herrera Billini y como miembro del Comité de Redacción de la Revista Estudios Jurídicos.

Mis principales activos son mis hijos Guillermo Emilio, Fernando José y Luis Henry.

Después de iniciarme en el trabajo como abogado,  decidí irme a hacer mi Maestría en Derecho Público, mención Derecho Constitucional en la Pontificia Universidad Católica de Chile. A mi regreso, trabajé como consultor del Banco Mundial para el Comisionado de Apoyo a la Reforma y Modernización de la Justicia desempeñandome posteriormente como su Director Ejecutivo, una breve experiencia que me permitió conocer de manera muy rápida y dolorosa la diferencia entre el mundo de lo público y lo privado.

En mi experiencia docente, me he desempeñado como profesor en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, de las materias de: Historia del Derecho, Introducción al Derecho, Derecho Comparado a nivel de licenciatura; y Derecho Constitucional, a nivel de licenciatura y maestría; y en la Universidad Iberoamericana (UNIBE), de Poder Judicial, a nivel de Maestría en la Maestría de Derecho Constitucional.

Desde hace 12 años me desempeñé como el primer Director de la Escuela Nacional de la Judicatura de la República Dominicana, que preside el Dr, Jorge A. Subero Isa, Presidente de la Suprema Corte de Justicia quien me ha permitido desarrollar un mundo de posibilidades con su apoyo, respeto y consideración.

En el marco de esas funciones me desempeñé: como Director Ejecutivo de la Comisión de Implementación de la Reforma Procesal Penal (CONAEJ), comisión que trabajó durante el periodo en el cual la Dra. Milagros Ortiz Bosch se desempeño como Vicepresidenta de la República y era la presidenta de la comisión; en la actualidad, me desempeño también como el primer Secretario General de la Red Iberoamericana de Escuelas Judiciales (RIAEJ), creada por la Cumbre de Presidentes de Tribunales y Cortes Supremas de Justicia de Iberoamerica; he contribuido en la creación de las redes de escuelas judiciales de los estados mexicanos y las provincias argentinas en el marco del Proyecto Euro Social de la Unión Europea; y me desempeñe también como Coordinador del Proyecto E-justicia: la justicia en la sociedad del conocimiento de la  XIII Cumbre Judicial Iberoamericana. Mi trabajo como Director, solo ha sido posible con un equipo de trabajo que me ha respaldado, y una mujer leal y trabajadora que me ha acompañado estos años y a quien tengo mucho cariño y respeto: Gervasia Valenzuela.

Ahora soy; Socio director de CONNEXTING, una consultora que apoyar el desarrollo estratégico y de negocio de empresas e instituciones, aplicando la lógica de las redes sociales para mejorar la organización, facilitar el aprendizaje y la comunicación e incrementar la productividad. Asistimos a empresas, organizaciones y líderes en la formulación y desarrollo de estrategias exitosas, en el incremento de la productividad y la eficiencia y eficacia organizacionales, enfatizando el enfoque de sistemas, el paradigma de la sociedad-red, las tecnologías de la información y comunicación y las capacidades de incidencia. Para cumplir sus objetivos Connexting conceptualiza e impulsa proyectos para cuyo desarrollo activa redes nacionales e internacionales que congregan a especialistas de diversas disciplinas.

En definitiva, soy un soñador y un pragmático que todos los días trabaja por hacer realidad su sueño, que vive con pasión, y con el deseo de contribuir cada día para que nosotros, los dominicanos, tengamos la oportunidad de crecer y desarrollarnos plenamente como seres humanos. Estoy enamorado de la vida, creo que debe seguir habiendo esperanzas, todos los días me levanto con un deseo inmenso de querer vivir la intensidad cada momento, sin perder las perspectivas del futuro, los motivos, razones, sentidos y retos que me ilusionan.

Me emociona una vida cotidiana plena, que me permite crecer y construir. Le doy muchas gracias a Dios por haber nacido en esta época de la humanidad, en este país y creo firmemente que cada mañana debo poner todo en sus manos, porque al final todo depende de EL, pero al mismo tiempo, se, que debo poner todo de mi, para con tenacidad, luchar cada minuto por alcanzar mi sueño.

Y… ¿Cual es mi sueño?: poder servirle a mi país sincera y honestamente, de una manera responsable, comprometida, con dedicación y esfuerzo, para de esta forma contribuir, a la construcción de procesos que permita a todos los ciudadanos y ciudadanas de esta, mi República Dominicana, tener una vida digna, plena y llena de posibilidades, porque finalmente: Todos tenemos derecho a ser felices.

 

Esto es lo que te he podido decir de mi..

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