A los Aspirantes a Juez de Paz

2 de julio de 2009

Henry MolinaAntes de pronunciar estas palabras de apertura que voy a compartir con ustedes, debo aclarar que NO las escribí yo. Es que aunque a la Doctora –como llamamos cariñosamente a Gervasia Valenzuela, subdirectora de la Escuela—no le gusta que yo diga esto, la realidad es que yo no hago nada en la escuela, lo único que yo hago es hacer que los demás trabajen, y por esa razón se me ocurrió utilizar el mismo método reseñado en su blog por mi amigo Genis Roca, en un post titulado: “¿Estará llegando por fin una nueva política?” en el cual hace referencia del blog de Guillermo Fernández Vara, presidente de la Comunidad Autónoma de Extremadura, cito: “Dentro de dos semanas es el Día de Extremadura. Es decir, el de todos nosotros. El Presidente de la Comunidad Autónoma hace el discurso oficial. Si lo tuvierais que hacer vosotros, ¿qué diríais? No vale demasiado largo, que el discurso lo hago yo, que es mi obligación. Os pido a cada uno una frase o un párrafo. ¿Me echáis una manita? Gracias. Guillermo” Entonces se me ocurrió indagar que es lo que realmente deberían escuchar ustedes como Aspirantes, así que para construir el discurso garantizando que fuera transparente y participativo y por supuesto siendo coherente con mi principio de que yo no trabajo, escribí el sábado 25 de abril del 2009 un post o entrada en mi blog personal www.henrymolina.com, titulado ¿Me ayudas hacerlo bien? en donde solicito colaboración para preparar lo que debería decirles en esta ocasión. Y guardando la distancia, porque no soy presidente de la Comunidad Autónoma de Extremadura, pero en un contexto igual de importante para todos, solicité ayuda para elaborar las ideas a compartir en este acto de apertura de hoy, para el nuevo grupo de Aspirantes a Jueces de Paz 2-2009 de la Escuela Nacional de la Judicatura.

Fruto de esa experiencia corroboré una vez más lo maravilloso que es aprender intercambiando ideas con los demás. Estas ideas, por lo tanto no son exclusivamente mías, la he tomado prestadas, son la voz de algunos de sus compañeros de promociones anteriores, de algunos empleados de la escuela y de personas de la comunidad de quienes de manera muy gentil las recibí como respuesta a la petición que hiciera a través de mi blog. Quizás lo primero que deba hacer es extenderles una felicitación por ser parte de esto que comienza hoy, por haber llegado hasta aquí, con su esfuerzo, su sacrificio, sus sueños y determinación.

Al haber optado por estar en este momento y en estas circunstancias Uds. han elegido, el camino más largo, el de lo correcto, en lugar de las tantas formas de evadir las responsabilidades y los retos que han tomado cuerpo en nuestra sociedad. Escoger formarse, estudiar, puede parecer un camino largo y difícil, pero estén seguros de que la meta es más dulce y el éxito más gratificante, porque como dijera Simón Bolívar: “Para el logro del triunfo ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios”. Lo que los ha guiado hasta aquí debe ser mantenido por ustedes como inspiración a lo largo de su trayectoria en la Escuela Nacional de la Judicatura y en su desarrollo profesional. Para nosotros, el hecho de que cada uno ustedes (aspirantes de nuevo ingreso) estén iniciando hoy el Programa de Formación de Aspirantes, significa que son más que merecedores de estar aquí. Una metáfora que adecuada a la ocasión es que cada uno sienta que son como piedras escasas y preciosas que, si ustedes y nosotros hacemos el trabajo de pulir, de afinar hasta alcanzar la excelencia, veremos transformarse en hermosos diamantes. Entonces, depende de cada uno de ustedes, primero creer en eso, y segundo estar dispuestos a asumir el reto y continuar dando lo mejor de sí, no sólo hasta que termine el programa, sino mientras dure su ejercicio profesional, con la conciencia de que en cada uno de ustedes reposa la fe y la esperanza del pueblo dominicano, de que exista en nuestro país una justicia sana. Es un reto personal, no sólo académico. La visión de aquello a lo que aspiramos, a lo que aspira cada uno de ustedes, su sueño, debe inspirarlos. Animados por tal visión, con confianza en sí mismos, con responsabilidad y perseverancia, venciendo las dificultades y convirtiéndolas en experiencia para continuar enarbolando los principios y valores y su fe en Dios, cada día será un paso de avance hacia esas metas en las que todos estamos comprometidos. Les exhortamos a mantener actitud positiva, aceptar retos y cambios en su vida, a ser disciplinados, colaboradores, dar y recibir colaboración de todos, tener voluntad de cumplir con sus propósitos. La ENJ tiene la tarea de contribuir a que ustedes sean hombres y mujeres ejemplos de la sociedad. Es nuestro propósito que ustedes se conviertan en nuevos paradigmas, pero para ello deben de asumir el gran reto que es el cambio, lo cual significa dejar atrás cosas que eran conocidas para acoger nuevas, tal vez desconocidas. Como triunfadores, les corresponde distinguir entre lo que deben hacer y lo que realmente quieren hacer, y confiar en que pueden hacerlo. Un buen juez es aquel que escucha con atención y respeto, que no es arbitrario, que ejerce su autoridad sin ser autoritario, que decide en tiempo oportuno y de forma clara, de modo que su decisión contribuya al desarrollo del derecho. En la ENJ se aprenderán muchas cosas, pero lo más importante, será poner en práctica lo aprendido, con un alto sentido de la justicia y de compromiso. Si con el esfuerzo de ustedes y nosotros logran estas metas, entonces su paso por la ENJ va a marcar una etapa en su vida. Depende de ustedes el arriesgarse y cumplir esta misión a favor de nuestra nación. Esperamos que esta bienvenida, estas palabras, les sirvan para ganar más confianza, para saber que pueden enfrentar sus temores y lograr sus aspiraciones, y que cuentan con nosotros. Ustedes son parte de este esfuerzo por mejorar cada día nuestra sociedad. Son protagonistas de nuestro tiempo. Y lo que les preocupe, lo que les inquiete, será tomado en cuenta por la ENJ, que dialogará con ustedes a lo largo de este proceso. Emprendamos pues el camino por venir con alegría, con paz mental, con esperanza. No pierdan ni por un momento la curiosidad, la vocación de inquirir e indagar. Sean flexibles, pero disciplinados y veremos cómo avanzaremos decididamente.

Asumamos el compromiso, compartámoslo. Y que nos guíe aquella expresión de Miguel de Cervantes: “Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia”. Estas son, a grandes rasgos, las ideas que fueron aportadas por aquellas personas que respondieron a mi petición en el blog. Como las comparto, las he puesto ante ustedes para que las guarden en su corazón y en sus pensamientos a lo largo de todo este proceso y este camino que inicia en la construcción de personas nuevas para una nueva sociedad, jueces nuevos para una nueva justicia. Este es el sueño que estamos buscando, espero que juntos podamos construirlo. Finalmente me he dado cuenta de que sí hago algo en mi trabajo. Como han visto, lo que hago es aprovechar el talento y el trabajo de mis colaboradores y colaboradoras, poner las cosas juntas, unir los esfuerzos y deseos. Creo que este puede ser un principio que ustedes aprovechen en su devenir en el curso que comenzamos hoy. Agradezco su atención, y agradezco más el aporte que hicieron a estas ideas Para Patricia Santana, Ellys Coronado, Laura Acosta,Virginia Feliz, Jissel Naranjo, Yudeka López, Miguel Ángel Díaz Villalona, Esther Nazareth Puntiel, Keyla González, Yáskara Vargas, Sandy Mejia, Evelyn Rodríguez. Con sus pensamientos, valores y sentimientos hemos construido este discurso, que espero que sirva a cada uno para sentir y saber que con el trabajo de todos, alcanzaremos las metas deseadas.

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Patricia M. Santana Nina

La armonía de todas las ideas aportadas parece casi un verso…Excelente "Trabajo"!!!